Nueva York se prepara para el 20 aniversario del 11S con la promesa de "nunca olvidar"

Nueva York, 10 sep (EFE/EPA).- (Imagen: Will Oliver). "Hacer algo bueno por otra persona cada día, y nunca olvidar". Es la filosofía de Joe McKay, un bombero retirado que vivió en primera persona la tragedia "apocalíptica" de los atentados del 11S en Nueva York, y que, a pesar de los problemas de salud que arrastra desde entonces, trata de mantener el mismo "optimismo" con el que la ciudad mira al futuro mientras mantiene vivos los recuerdos.

La Gran Manzana se prepara así para conmemorar el sábado el 20 aniversario del 11S con eventos y homenajes encabezados por la ceremonia en la Zona Cero, donde, con acceso limitado a familiares de víctimas y supervivientes, se leerán los nombres de las cerca de 3.000 víctimas del atentado, antes de reabrir al público la plaza en la que hoy está situado el Museo del 11S y su famoso Memorial, compuesto por dos recintos con cascadas de agua que caen hacia el vacío dejado por las Torres Gemelas.

Al caer la noche se celebrará allí el habitual "Tributo de Luces" en el que dos enormes haces de luz se elevan hacia el cielo en el lugar que antes ocupaban los rascacielos, y como novedad este año se iluminarán de color azul los principales monumentos de la ciudad, incluido el Empire State.

La ciudad desplegará miles de agentes de Policía, unidades de detección de bombas y perros adiestrados durante el 20 aniversario del 11S con el objetivo de evitar un nuevo ataque terrorista, pese a que las autoridades han aclarado que no existe ninguna amenaza concreta.



INCLUYE RECURSOS DEL MEMORIAL DEL 11S EN LA ZONA CERO DE NUEVA YORK, Y DECLARACIONES DE JOE MCKAY, BOMBERO RETIRADO DEL DEPARTAMENTO DE BOMBEROS DE LA CIUDAD DE NUEVA YORK, QUE PARTICIPÓ EN LAS LABORES DE EMERGENCIA DURANTE EL 11S Y DÍAS SUCESIVOS.



TRADUCCIÓN DE LAS DECLARACIONES:

Era como estar en una película apocalíptica... es la mejor manera de describirlo. Estábamos todos en estado de shock. Dondequiera que mirase, había fuego. Cuando llegamos a la Cuarta Avenida en Brooklyn, la gente simplemente nos vio y dejaron de hacer lo que estaban haciendo... la gente salió de sus coches y empezó a aplaudirnos, ya sabes. Y en ese momento es cuando nos dimos cuenta y nos conmocionó que la gente nos aplaudiera. Y yo no podía parar de preguntarme por qué nos aplaudían, a mí, ya sabes... yo no salvé a nadie... Me diagnosticaron una rara condición neurológica unos seis meses después del 11S. Irónicamente, se llama dolor de cabeza suicida. Es la condición más dolorosa que conoce la humanidad. Nadie sabe qué lo causa. Todavía no hay ciencia detrás de esto. Todavía se está investigando. Pero comencé a lidiar con eso. Así que en los primeros seis meses, estábamos con funerales y memoriales. Todos los días, si no estábamos en un funeral o en un Memorial, estábamos aquí cavando. Entonces, a los seis meses, pensé que había tocado fondo, ya sabes, y luego, cuando me diagnosticaron este síndrome de dolor incurable, encontré un nuevo fondo. Pensé que no podía ser peor. Pero lo fue. Pero tuve un, ya sabes, mi hermano Dan, muchos años después contrajo cáncer. Mi hermano Dan, de quien hablé antes, también era bombero, tenía cáncer de riñón y tenía entre 30 y pocos años.

Así que yo tenía algunos problemas de salud, como dije, pero no, no tuve cáncer, ya sabes, pero al involucrarme con John Feal (de la FealGood Foundation) e ir a Washington, pude ver aún más, ya sabes, personas que estaban sufriendo las enfermedades. Pero a nuestro alrededor, ha sido, ya sabes, es uno tras otro que escuchas que tiene cáncer u otra enfermedad, o una rara afección neurológica, y siguen saliendo más casos. Entonces... yo tengo mis problemas, pero puedo lidiar con ellos. Pero todavía estoy preocupado por esa posibilidad en el futuro, ahora que han pasado 20 años, y todo lo relacionado con el asbesto está saliendo a la luz. Las toxinas que se crearon aquí en la pila eran toxinas que ni siquiera los químicos ni nadie en la industria hubieran imaginado. Hace muchos años me dijeron que era un gran experimento, básicamente un gran experimento. Toma todas las herramientas de contenido integradas en los plásticos, los productos químicos, y las calienta a 3000 grados durante un par de meses. Creo que fueron 99 días, se quemó en la pila. Con todo eso, estoy seguro de que tendrá un impacto negativo. Y lo estamos viendo ahora con la ciencia. Unos a otros nos veíamos como personas. Trato de recordar eso, ese optimismo, esa actitud positiva que, ya sabes, lo recompensa. Lo he usado como un mantra para ayudarme a lidiar con los recuerdos. Entonces, traté de hacer una buena acción. Sabes, trato de hacer uno todos los días, especialmente ahora. Eso es terapia. Para mí. Es una terapia para muchos de nosotros, ya sabes, da algo bueno a otra persona, y nunca olvides. Y con suerte podríamos intentar volver a esos días en los que la gente no se preocupaba por las cosas pequeñas. Sabes, lo recuerdo. Ese era un gran dicho, no te preocupes por las cosas pequeñas. Así es como lo afronto.