Superviviente de Masacre de Múnich: el deporte debe unir a judíos y árabes

Jerusalén, 9 ago. (EFE)(Imágenes: Pablo Duer).- A punto de cumplirse 50 años del ataque de un grupo palestino contra la delegación israelí que participaba en los Juegos Olímpicos de Múnich 1972, la superviviente Shlomit Nir revive detalles de la tragedia, insta a no olvidar para evitar que se repita y destaca el poder del deporte para acercar a judíos y árabes.

DECLARACIONES DE SHLOMIT NIR, SUPERVIVIENTE Y APOYOS DE FOTOGRAFIAS EN UN ÁLBUM.

SHLOMIT NIR:

Fuimos toda la delegación a ver El Violinista en el Tejado esa noche, y luego volvimos. Las mujeres estaban alojadas separadas de los hombres, del otro lado de la Villa Olímpica. Estabamos separados, las mujeres de los hombres. Los terroristas atacaron a la delegación israelí. A las tres de la mañana, ocho terroristas atacaron. Yo no sabía nada al respecto. En la mañana cuando me desperté a las siete salí de mi cuarto y una mujer que trabajaba ahí me llamó y me dijo que mirara por la ventana y vi que había soldados en vehículos para mantenernos seguros, porque obviamente no sabían qué estaba pasando, si habría mas ataques. Cada hora en la televisión había noticias sobre lo que estaba pasando y ahí vimos a los terroristas asomándose y negociando con los alemanes y expresando sus demandas. Fue atemorizando porque ya sabíamos que 2 de nuestros atletas habían sido asesinados y eso ya era horrible, pero aún teníamos esperanza de que el resto tal vez sobreviviría y que tal vez vendría una unidad militar israelí para salvar con vida a los rehenes. Pero los alemanes no le permitieron a Israel enviar una unidad de soldados para hacer algo. Incluso si yo tuve una experiencia tan negativa con este ataque terrorista, esta masacre, esto nunca cambió mi pensamiento sobre que el deporte debería acercar a las personas, hacerlas pasar tiempo juntas, conocerse. Y yo hace años trato con mi trabajo de juntar a mujeres árabes y mujeres judías para hacer deporte juntas y después para sentarse, hablar, conocerse y abrir sus mentes a la posibilidad de vivir lado a lado. Eso es en lo que yo creo y por lo que siempre he luchado