Subastan un retrato de Klimt desaparecido durante casi un siglo y valorado hasta en 50 millones

Viena (Austria), 23 abr (EFE/EPA).- Una misteriosa modelo de mirada sugerente. Un cuadro desaparecido durante casi cien años. El expolio nazi. Todos esos elementos se unen en la subasta mañana de una obra maestra de Gustav Klimt cuyo valor estimado de entre 30 y 50 millones de euros se puede quedar pequeño ante el interés internacional que ha generado.

"Se trata de un cuadro con el que pueden haber sorpresas, siempre que han aparecido cuadros de Klimt en subastas, se han conseguido muy buenas subidas. Lo que podemos decir es que el precio de estimación está fijado moderadamente", explica a EFE Claudia Mörth-Gasser, de im Kinsky, la casa de subastas vienesa que organiza la venta.

'El retrato de la señorita Lieser' es una de las piezas en las que Klimt estaba trabajando cuando murió, en febrero de 1918, a los 55 años.

IMÁGENES: LUIS LIDÓN.

RECURSOS DE LA CASA DE SUBASTAS IM KINSKY, Y CUADRO DE KLIMT SE LLAMA "RETRATO DE LA SEÑORITA LIESER". INCLUYE DECLARACIONES.

TRADUCCIONES:

Claudia Mörth-Gasser, experta en arte de la casa de subastas

1.- "Se trata de un redescubrimiento fantástico. El cuadro se consideró perdido durante décadas. Es una de las últimas obras creadas por Gustav Kind y probablemente uno de sus retratos más bellos de su último periodo. Aunque el cuadro está documentado en la bibliografía de todos los catálogos de Gustav Klimk, sólo se conocía por una única fotografía en blanco y negro, cuyo negativo se conserva en los archivos de la Biblioteca Nacional de Austria. Esto significa que no se conocían los increíbles colores de este cuadro".

2.- "Los retratos de Gustav Klimt se caracteriza por una representación naturalista y muy delicada de los rostros de sus modelos. Se puede ver que ha resaltado con trazos muy precisos los labios, la hermosa forma de la nariz, los llamativos arcos de las cejas, incluso los reflejos de las pupilas, . Su apariencia por sí sola es encantadora, pero también lo es el cuadro en sí. Es maravilloso porque nos muestra a un Klimt muy moderno que, al final de su vida, tomó en su pintura una dirección hacia el futuro. Uno se pregunta adónde habría llegado la pintura de Klimt si no hubiera muerto de un derrame cerebral en febrero de 1918".