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20/04/2021 17:33 (UTC)

CÓMIC EXPOSICIÓN

La sala Bozar de Bruselas acoge una exposición sobre la censura en el cómic

Bruselas (Bélgica), 20 abr (EFE).- (Imagen: Leo Rodríguez) Bruselas acoge una exposición que trata de mostrar y denunciar cómo la censura en el mundo del cómic no es solo un episodio del pasado, sino que continúa presente en nuestros días, ilustrándolo con decenas de historietas de ficción y viñetas.

Puede que aquellos tiempos en que reyes, dictadores y presidentes ejercían presión hayan quedado atrás en las democracias occidentales, pero la figura de un nuevo censor ha emergido de entre la sociedad, opina Karl Van den Broeck, coordinador de la sala Bozar, que acoge la muestra.

Para él, uno de los ejemplos más ilustrativos es la actual polémica que existe en torno a una de las primeras obras de Tintin, recogida en la exposición, en la que el archiconocido personaje viajaba a un Congo de los años 30 y en la que los estereotipos y el racismo intrínsecos en la sociedad de la época son palpables.

El propio autor, Hergé, reconoció años más tarde que a la hora de concebir el cómic estaba influenciado por los prejuicios del "entorno burgués” de aquellos tiempos; sin embargo, ello no fue suficiente para que el caso llegara a la Comisión británica para la igualdad de raza en 2007.

Años más tarde, un juzgado determinó que el cómic no era racista, pero la controversia continúa hasta la actualidad, según reza una de las columnas de la exposición donde se recoge el caso de Tintin.

“Al publicarla ahora no se está cometiendo un acto racista, pero se debe explicar. Así que ahora que se reediten estos cómics con una explicación, al principio”, comenta Van den Broeck.

Pero las ramificaciones de la censura no solo abarcan una corrección de los prejuicios que imperaban en sociedades pasadas, sino que también alcanzan la violencia, las drogas o el sexo.

Dos viñetas del personaje de cómic Lucky Luke se emplazan la una al lado de la otra, casi no se aprecia ninguna diferencia entre ambas, pero acercando aún más la mirada el visitante podrá comprobar que son distintas: en una el famoso vaquero fuma, en otra el cigarro ha sido eliminado por completo para adaptarse a lo políticamente correcto en estos tiempos.

El caso del personaje creado por el historietista Morris es una de las decenas de muestras exhibidas de cómo la historia ha borrado las ideas originales de sus creadores, en un intento de proteger al público infantil de hábitos adultos.

Esta “censura editorial” fue, si cabe, todavía más evidente en Estados Unidos, donde la industria, siguiendo los pasos del código Hays impuesto por Hollywood, instauró el Comics Code Authority por el que se filtraba cualquier episodio violento o con insultos de los cómics.

Pero en los años de historia del mundo de la ilustración y el cómic, este arte ha logrado sortear en algunos puntos geográficos la censura institucional y social.

Ejemplo de ello es una caricatura que cuelga sobre una de las paredes de la sala y que muestra a Matilde de Bélgica desnuda frente a un absorto rey de Bélgica, una imagen inconcebible en muchas otras monarquías actuales.

La exposición, que podrá verse hasta el 16 de mayo, lanza una última pregunta al espectador: ¿está justificada cierta censura para proteger a minorías sociales?

El asunto es complejo, pero Van den Broeck señala la importancia de que exista un debate dialéctico sobre la cuestión.

"Creo que, cuando las obras o caricaturas incitan a la violencia o a discriminar, la censura no es mala. Se puede iniciar una discusión, que es lo mejor, porque lo que me da miedo (...) es que alguien con autoridad diga 'esto tiene que ser censurado'", sostiene.



IMÁGENES DE LA EXPOSICIÓN EN LA SALA BOZAR.

DECLARACIONES DE KARL VAN DEN BROECK, EN INGLÉS:

- La mayor parte del tiempo organizamos exposiciones de cómics ya que los dibujantes forman parte del negocio periodístico, en cualquier periódico hay cómics. pero los dibujantes también afrontan muchas dificultades en su trabajo, cada vez se les ha hecho más difícil. Hace 5 o 6 años asesinaron a dibujantes por hacer su trabajo.

Esta exposición está basada en un libro sobre la censura del cómic, que solo ha sido publicado en neerlandés pero que esperamos sea publicado en más lenguas, y da una perspectiva general de los diferentes problemas que envuelven la censura y los cómics.



- Creo que los tiempos en el que los reyes, dictadores y presidentes ejercían presión en los cómic o en el arte en general ha terminado. La censura en el sentido de que el Estado prohíbe la publicación de algunos cómics ya no sucede. Ocurre en dictaduras pero no en democracias. En Bélgica tenemos una constitución del siglo XIX muy liberal que prohíbe la censura. Aquí tenemos algunos ejemplos, pero tampoco muchos.

La censura viene de otros sitios, de gente que tiene poder en la industria, el editor en jefe o los editores que tienen miedo de que la gente presente una denuncia contra ellos y que eso les cueste mucho dinero.



- Uno de los ejemplos más famosos es el de Tintín, el cómic más famoso del mundo y el producto belga más famoso. En "Tintín en el Congo", que es uno de los primeros álbumes, Hergé dijo más tarde que fue influenciado por las ideas de aquella época, que eran racistas y que consideraban a los europeos superiores a los africanos. No estaba de acuerdo con estas ideas cuando fue más mayor. Cuando aún estaba vivo y este álbum se reimprimió cambió palabras. Habían palabras que no se pueden utilizar hoy en día porque son consideradas insultantes.



- Es una obra de arte histórica, no es racista en su dimensión histórica. Al publicarla ahora no se está cometiendo un acto racista, pero se debe explicar. Así que ahora que se reeditan estos cómics con una explicación, al principio.

- Creo que cuando las obras o caricaturas incitan a la violencia, a matar o a discriminar, en esos casos la censura no es mala. Pero también hay otra cosa, hoy en día los jueces no van a ir a una exposición y decir, “vale, vamos a censurar esto o aquello" sin que haya una denuncia previa. Tiene que haber una reacción en contra. Si alguien se siente insultado por un libro, un dibujo o una película y presenta una denuncia, puede iniciar una discusión. Si se inicia una discusión dialéctica creo que es lo mejor porque lo que me da miedo, y por eso surgieron todas estas leyes de censura en el siglo XIX, es que alguien con autoridad diga "esto tiene que ser censurado.

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