Los Ángeles (Perú), 7 mar (EFE).- A 3.520 metros de altura, cuando el aire parece más denso, las sienes palpitan ante cualquier esfuerzo y el más ligero ejercicio se antoja imposible, la peruana Gladys Reys Vega conduce a sus vacas hasta los pastos, las amarra y comienza a verbalizar sus sueños: "Quiero hacer una empresa de quesos". Y, claro, que sus hijos reciban educación para tener un futuro mejor.En su pequeña aldea de Los Ángeles, en un remoto rincón de los Andes peruanos, esos sueños tienen una ventana que hasta hace poco se antojaba imposible, la conexión a internet 4G. Gracias a ella, Gladys comienza a vender sus cuajadas por internet y ve cómo sus hijos reciben clases de forma remota. Su mundo ya ha cambiado."(Sueño con) hacer una empresa de quesos, yogures, manjar, todo", subraya. Pero reflexiona y agrega: "De repente, sola tal vez no, pero sí con una asociación que tenemos (donde) ya todas trabajamos".En las alturas de este recóndito punto del norteño departamento de La Libertad, como en muchos otros lugares de Perú, se conjuga antes la primera persona del plural para poner en marcha cualquier proyecto.UNA RUTINA CENTENARIA En Los Ángeles, con sus 78 habitantes, la rutina de un viernes de 2023 poco se distingue de la que podía haber visto un inesperado visitante varios siglos atrás. Gladys se levanta junto a su hijo mayor temprano, ata a sus vacas y, con la pericia que solo otorga la experiencia, las ordeña.Lo que ha cambiado es más sutil. A unos metros de su casa, una antena de telefonía se yergue orgullosa y cambia el perfil de las vidas de la aldea.Es la que le permite moldear un futuro distinto: "Es un gran beneficio para toda la comunidad, para todos los pobladores de Los Ángeles".A través de internet, ahora vende cuajadas con la leche que extrae de sus animales y obtiene un beneficio semanal que puede llegar a los 130 soles (unos 35 dólares), una cantidad que le permite abrir sus horizontes.¿Poder vender por internet le ha cambiado la vida? "Sí", responde escueta, pero contundente. A 3.520 metros, es necesario ahorrar el aliento.Gladys, con una sonrisa mediada, confiesa que en su comunidad, son las mujeres las que impulsan el cambio. Y se percibe: quienes toman la palabra las maestras o ronderas (guardas campesinas).MÁS DE 3 MILLONES DE PERUANOS BENEFICIADOS Gladys y sus 77 vecinos se encuentran entre los 3,1 millones de personas beneficiadas por el plan "Internet para todos", impulsado por Telefónica del Perú, Meta, BID Invest y la CAF-Banco de Desarrollo de América Latina con el objetivo de cerrar la brecha digital en el país."En Perú, con Internet para todos, en estos casi cuatro años hemos cubierto casi 16.000 centros poblados (aldeas) en todo el país y en zonas rurales. Esto equivale más o menos 3,1 millones de personas con cobertura de internet móvil en sitios como este", explica el presidente ejecutivo de Telefónica del Perú, Pedro Cortez.Solo en la región La Libertad, prosigue, son casi 800 los centros poblados que hoy tienen acceso a internet: "Partíamos de 80 y estamos a 800, implica 130.000 peruanos que viven en esta región que cuentan con internet".Antes, esas 130.000 personas "no tenían acceso a internet, con lo cual", las escuelas no podían acceder al gran mundo de la educación virtual, las postas médicas no podían "tener consultas de manera digital con los hospitales" o las comisarías no podían tener acceso a datos en tiempo real."El desafío que nos queda es importante: En La Libertad, 140.000 peruanos (a los) que nos falta darle cobertura en los próximos años. Ese es el objetivo y desafío que tenemos", detalla Cortez.UNA PALANCA PARA LA EDUCACIÓN Al sueño de Gladys de que sus hijos tengan un futuro mejor le pone ladrillos todos los días otra de sus vecinas, Rita Flórez Méndez, una docente nacida en Los Ángeles que hoy trabaja para la autoridad provincial de Juncal."Internet se ha vuelto un ente principal para el desarrollo en la educación, puesto que sin educación no podemos encontrar el desarrollo en las comunidades. Esta una fuente principal para que nuestra niñez esté conectada con la tecnología que se ha vuelto indispensable", explica Flórez.¿Y cómo es un niño que se forma sin acceso a internet? "Es, simplemente, un ser humano estancado en una educación muy precaria".Por eso, para Los Ángeles, y sus comunidades aledañas, que una antena sea su nueva vecina supone un punto y seguido a un futuro en el que los sueños de Gladys, como el de muchos otros, cobran forma y las mujeres empujan esta comunidad hacia el desarrollo y un mañana mejor para sus hijos. EFE gdl/cfa-pbd(foto)(video)
