02/07/2022 12:00 (UTC)
AMDEP2455. CARACAS (VENEZUELA), 02/07/2022.- Personas asisten a un espectáculo drag queen, el 28 de junio de 2022, en Caracas (Venezuela). Además de enfrentarse a sus familias, en Venezuela, la población LGBTIQ+ batalla con la estigmatización, prejuicios y violencia de la sociedad frente a un Estado que ofrece pocas garantías en materia de sexodiversidad. Sin embargo, la desprotección y el desamparo no frenan la cotidianidad de esta comunidad en el país, aunque el temor siempre esté presente. Con respecto a la región, Venezuela lleva unos cuantos pasos atrás. No existe el matrimonio igualitario, no hay derecho a la identidad y mucho menos una garantía constitucional, pero más allá de las luchas legales, la preocupación crece por la violencia contra quienes abiertamente se identifican con los grupos LGTBIQ+. En un país con opacidad de cifras es difícil tener datos exactos de la violencia contra la sexodiversidad, sin embargo, las estadísticas recopiladas por Acción Ciudadana Contra el SIDA (ACCSI) contabiliza que 192 personas fueron víctimas de violencia entre 2009 y 2017 y 109 asesinadas. Según el Observatorio de Personas Trans Asesinadas, entre 2008 y septiembre de 2021, en el país murieron 129 trans. La ONG Somos contabilizó solo en 2021 que 21 integrantes de la comunidad LGTBIQ+ fueron asesinadas ese año. A esto se le suma la discriminación en locales y restaurantes de los que son expulsados con frecuencia. Personas que llevan décadas luchando desde sus espacios, como Noelia Gelo, dueña de un café en una zona popular de Caracas, hacen vida y dejan el legado de su obra a las generaciones más jóvenes, impulsando su voz con expresiones artísticas. Defensores y activistas consideran que es un pequeño paso, pero que aún no responde a los reclamos de una comunidad ávida de derechos, legalidad y reconocimiento. EFE/Miguel Gutiérrez
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