18/05/2019 12:00 (UTC)
GRAF3032 Burela (Lugo), 18 may (EFE).- La ola migratoria transformó Burela, un pequeño pueblo costero situado a orillas del mar Cantábrico. En 1968 llegaron a este núcleo gallego los primeros inmigrantes caboverdianos, a cuya estela se fueron sumando senegaleses, peruanos, indonesios, y así hasta las 42 nacionalidades que conviven entre sus cerca de 10.000 habitantes.Este municipio lucense, uno de los más pequeños de Galicia -7,8 kilómetros cuadrados- es el perfecto ejemplo del impacto positivo de la inmigración en la economía y la demografía: es el único ayuntamiento de Galicia con un crecimiento vegetativo -la diferencia entre fallecimientos y nacimientos- positivo y su población ha crecido un 20 % en los últimos veinte años.En la foto, Alfredo Llano (PSOE), alcalde de Burela.EFE/Eliseo Trigo
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