28/10/2024 13:45 (UTC)
Málaga, 28 oct (EFE).- Trabajar entre cadáveres, bisturís y ataúdes es el día a día de los tanatopractores, un oficio al que se dedican cada vez más jóvenes que, no obstante, lamentan el tabú y el morbo que existe sobre su sector: "Te preguntan si los muertos van a abrir los ojos". Así lo cuenta a EFE Lucía Caravaca, una estudiante de tanatropraxia de 23 años. De pie frente a dos ataúdes, un horno crematorio, un esqueleto humano y una vitrina repleta de tijeras y espátulas que se encuentran en el aula del centro de formación en el que estudia, cuenta que ya ha trabajado con cadáveres y que, a pesar de lo que suele pensar la gente, no da ni "yuyu" ni miedo ni "nada por el estilo". IMÁGENES: MARÍA ALONSO CORTES: LUCÍA CARAVACA, ESTUDIANTE DE TANATROPRAXIA, Y EZEQUIEL HINOJO, PROFESOR.
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