El Museo Sorolla dentro del museo, Lluís Casals capta la poética de su luz

Madrid, 1 mar (EFE).- (Imágenes: Leo Redondo) La belleza multiplicada por dos no es redundante como lo demuestra la exposición "Poéticas de una casa. Fotografías de Lluís Casals", una obra póstuma de Casals, que supo cómo captar con su cámara los detalles más íntimos de la casa de Joaquín Sorolla, en especial su luz y la magia de cada rincón.

El suelo, las alfombras, el quicio de una puerta, materias inanimadas, pero con tanta vida como los pinceles que utilizaba el pintor, sus libros, espejos que devuelven la imagen de un cuadro, de un rostro, que no parece pintado, parece tan real que trascendiera la propia imagen, así ha reflejado Casals la casa donde vivió, pintó, recibió y sufrió su enfermedad el pintor y su familia.

Enrique Varela, director del Museo Sorolla y comisario de la exposición, ha explicado a Efe que la muestra temporal que se inaugura este lunes, propone un "metadiscurso, al tratarse de fotografía contemporánea que habla sobre los detalles de un museo", que en ocasiones pasan desapercibidos en una visita, pero que siempre están ahí.

Huellas materiales del pintor y su familia, "objetos cargados de significado" que ayudan a contemplar la casa de otra manera, "desde otra perspectiva".

Casals (Barcelona, 1954-2021) estaba considerado como uno de los mejores fotógrafos de arquitectura de España y uno de los representantes más importantes de la fotografía española contemporánea.

Según explica el comisario, Casals ha sabido captar "la luz que perseguía la obra del pintor y trasladarla con sensibilidad y emoción", para conseguir con ello imágenes románticas llenas de poesía, no solo sobre el interior de la casa, también en el jardín, un reducto inexpugnable al ruido de los coches del exterior, a un Madrid frenético, donde traspasadas las puertas reina la calma.

Un total de 46 imágenes construyen el recorrido, que el museo invita al visitante a realizar tras la visita a la casa "para así darse cuenta de detalles que han pasado inadvertidos", que pueden revisitarse.

Imágenes que tratan de profundizar en la vida de Sorolla (Valencia 1863-Madrid 1923) y de recrear la magia de un jardín encantado, donde él pasaba largas horas, y donde, bajo la pérgola, sufrió el ataque de apoplejía que le inhabilitó para seguir pintando.

"El jardín es un paraíso, un espacio para la vida", comenta Varela, donde confluyen la naturaleza, las fuentes, caminos de coloridos azulejos, donde emergen esculturas y seres mitológicos que lo pueblan, guardianes silenciosos que invitan al paseo y a descubrir recovecos de descanso y placer.

Fotografías realizadas en dos momentos diferentes 2011 y 2019, con un gran "valor emocional que invita a la reflexión", a un planteamiento completo sobre el universo de Sorolla.

"El Museo Sorolla no es un museo al uso, en él, el visitante quiere convertirse en habitante de la casa" deambulando por cada una de sus estancias, concluye Varela.

IMÁGENES: TOTALES DE ENRIQUE VARELA, DIRECTOR DEL MUSEO SOROLLA Y COMISARIO DE LA EXPOSICIÓN. RECURSOS.