22/05/2024 10:08 (UTC)
Taipéi (Taiwán), 22 may (EFE).- La defensa de Taiwán de su soberanía y la insistencia china en la “reunificación nacional” plantean una cuestión insoslayable: cómo podrían ambas partes coexistir para evitar una guerra de consecuencias funestas para el mundo.Sobre el papel, las posturas están más o menos claras: el nuevo presidente taiwanés, William Lai (Lai Ching-te), reivindica la soberanía de la República de China (nombre oficial de Taiwán) y ofrece “diálogo” a Pekín en condiciones de “igualdad” y “dignidad”, algo que iría en favor del “bienestar” de sus pueblos.Las autoridades chinas, por su parte, no se han movido un ápice de sus tesis originales, consideran el “Consenso de 1992” y el “principio de una sola China” como base para las conversaciones con Taipéi y sostienen que los dos territorios pertenecen a “un mismo país”.IMÁGENES: JAVIER CASTRO BUGARÍN.RECURSOS DE LA CIUDAD DE TAIPÉI, CAPITAL DE TAIWÁN.
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