05/04/2000 12:00 (UTC)
El placer de estar sentado proviene de la antigüedad, pero ha sido en los tiempos modernos cuando la silla y el sillón han alcanzado su máximo grado de esplendor, al servir de reposo y, al mismo tiempo, de complemento decorativo.
Gracias a los nuevos materiales y al diseño, la silla ha entrado a formar parte del reino de la decoración y ocupa un lugar privilegiado dentro del mundo del mobiliario. Antes había que ser rey para poder sentarse en una silla o descansar en un sillón, hoy basta tener buen gusto para hacer de una silla un complemento útil y funcional.En sus orígenes, silla y autoridad eran casi sinónimos, aunque eran tan incómodas que no se las puede asociar con las sillas modernas, pero sí tenían una función muy parecida a las actuales. Por lo general, eran rígidas, altísimas o muy bajas, y sus asientos estaban situados a alturas que rozaban la tierra o se alzaban hasta cotas inadmisibles.La introducción de modelos procedentes de culturas orientales y diseños rupturistas está volviendo a imponer estos tipos de sillas en las sociedades postindustriales. Generalmente, son elementos que se sitúan, dentro del hogar o en grandes superficies, como signos de vanguardias políticas o decorativas. La única...
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