SANTIAGO ACOSTA: “ESTOY SEPARADO Y SIN COMPROMISO”

Santiago Acosta, el presentador de “Salsa Rosa”, tiene la firme intención de no convertirse jamás en un integrante del mundillo del corazón, uno de esos personajes que habitualmente entrevista en su propio programa, según advierte este madrileño de 36 años, que se inició en Telemadrid, la cadena autonómica en la que permaneció a lo largo de ocho años para recalar después en el área de investigación de El Mundo TV. Y prosigue: “Ser famoso te ayuda a conocer mujeres, pero a ver quién te dice que luego no lo van a ir contando. Cuando una chica se te acerca, te preguntas: “No sé qué querrá sacar de mí por salir en la tele”. Por eso, terminas ligando poco, por no decir nada”.

Santiago Acosta, el presentador de “Salsa Rosa”, tiene la firme intención de no convertirse jamás en un integrante del mundillo del corazón, uno de esos personajes que habitualmente entrevista en su propio programa. “Tratamos de hacer puro entretenimiento; no hay que buscar más recovecos a “Salsa Rosa”, advierte el periodista, un madrileño de 36 años, que se inició en Telemadrid, la cadena autonómica en la que permaneció a lo largo de ocho años para recalar después en el área de investigación de El Mundo TV.

“Comencé vendiendo calzoncillos en unos grandes almacenes para pagarme los estudios y sacar unas pelillas”, recuerda Santiago de sus comienzos como trabajador.

- ¿Cuándo se produjo tu salto a la fama?

- Con “Al descubierto”, un programa de El Mundo TV que también dirigía, al menos en sus seis primeras emisiones. Ahí se produjo mi pérdida de intimidad, que es lo único que me incomoda de este trabajo. Quiero resguardar mi intimidad de manera tajante, como si fuera un comentarista de...

Santiago Acosta, el presentador de “Salsa Rosa”, tiene la firme intención de no convertirse jamás en un integrante del mundillo del corazón, uno de esos personajes que habitualmente entrevista en su propio programa, según advierte este madrileño de 36 años, que se inició en Telemadrid, la cadena autonómica en la que permaneció a lo largo de ocho años para recalar después en el área de investigación de El Mundo TV. Y prosigue: “Ser famoso te ayuda a conocer mujeres, pero a ver quién te dice que luego no lo van a ir contando. Cuando una chica se te acerca, te preguntas: “No sé qué querrá sacar de mí por salir en la tele”. Por eso, terminas ligando poco, por no decir nada”.

Santiago Acosta, el presentador de “Salsa Rosa”, tiene la firme intención de no convertirse jamás en un integrante del mundillo del corazón, uno de esos personajes que habitualmente entrevista en su propio programa. “Tratamos de hacer puro entretenimiento; no hay que buscar más recovecos a “Salsa Rosa”, advierte el periodista, un madrileño de 36 años, que se inició en Telemadrid, la cadena autonómica en la que permaneció a lo largo de ocho años para recalar después en el área de investigación de El Mundo TV.

“Comencé vendiendo calzoncillos en unos grandes almacenes para pagarme los estudios y sacar unas pelillas”, recuerda Santiago de sus comienzos como trabajador.

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- Con “Al descubierto”, un programa de El Mundo TV que también dirigía, al menos en sus seis primeras emisiones. Ahí se produjo mi pérdida de intimidad, que es lo único que me incomoda de este trabajo. Quiero resguardar mi intimidad de manera tajante, como si fuera un comentarista de...

Santiago Acosta, el presentador de “Salsa Rosa”, tiene la firme intención de no convertirse jamás en un integrante del mundillo del corazón, uno de esos personajes que habitualmente entrevista en su propio programa, según advierte este madrileño de 36 años, que se inició en Telemadrid, la cadena autonómica en la que permaneció a lo largo de ocho años para recalar después en el área de investigación de El Mundo TV. Y prosigue: “Ser famoso te ayuda a conocer mujeres, pero a ver quién te dice que luego no lo van a ir contando. Cuando una chica se te acerca, te preguntas: “No sé qué querrá sacar de mí por salir en la tele”. Por eso, terminas ligando poco, por no decir nada”.

Santiago Acosta, el presentador de “Salsa Rosa”, tiene la firme intención de no convertirse jamás en un integrante del mundillo del corazón, uno de esos personajes que habitualmente entrevista en su propio programa. “Tratamos de hacer puro entretenimiento; no hay que buscar más recovecos a “Salsa Rosa”, advierte el periodista, un madrileño de 36 años, que se inició en Telemadrid, la cadena autonómica en la que permaneció a lo largo de ocho años para recalar después en el área de investigación de El Mundo TV.

“Comencé vendiendo calzoncillos en unos grandes almacenes para pagarme los estudios y sacar unas pelillas”, recuerda Santiago de sus comienzos como trabajador.

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Santiago Acosta, el presentador de “Salsa Rosa”, tiene la firme intención de no convertirse jamás en un integrante del mundillo del corazón, uno de esos personajes que habitualmente entrevista en su propio programa, según advierte este madrileño de 36 años, que se inició en Telemadrid, la cadena autonómica en la que permaneció a lo largo de ocho años para recalar después en el área de investigación de El Mundo TV. Y prosigue: “Ser famoso te ayuda a conocer mujeres, pero a ver quién te dice que luego no lo van a ir contando. Cuando una chica se te acerca, te preguntas: “No sé qué querrá sacar de mí por salir en la tele”. Por eso, terminas ligando poco, por no decir nada”.

Santiago Acosta, el presentador de “Salsa Rosa”, tiene la firme intención de no convertirse jamás en un integrante del mundillo del corazón, uno de esos personajes que habitualmente entrevista en su propio programa. “Tratamos de hacer puro entretenimiento; no hay que buscar más recovecos a “Salsa Rosa”, advierte el periodista, un madrileño de 36 años, que se inició en Telemadrid, la cadena autonómica en la que permaneció a lo largo de ocho años para recalar después en el área de investigación de El Mundo TV.

“Comencé vendiendo calzoncillos en unos grandes almacenes para pagarme los estudios y sacar unas pelillas”, recuerda Santiago de sus comienzos como trabajador.

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- Con “Al descubierto”, un programa de El Mundo TV que también dirigía, al menos en sus seis primeras emisiones. Ahí se produjo mi pérdida de intimidad, que es lo único que me incomoda de este trabajo. Quiero resguardar mi intimidad de manera tajante, como si fuera un comentarista de...

Santiago Acosta, el presentador de “Salsa Rosa”, tiene la firme intención de no convertirse jamás en un integrante del mundillo del corazón, uno de esos personajes que habitualmente entrevista en su propio programa, según advierte este madrileño de 36 años, que se inició en Telemadrid, la cadena autonómica en la que permaneció a lo largo de ocho años para recalar después en el área de investigación de El Mundo TV. Y prosigue: “Ser famoso te ayuda a conocer mujeres, pero a ver quién te dice que luego no lo van a ir contando. Cuando una chica se te acerca, te preguntas: “No sé qué querrá sacar de mí por salir en la tele”. Por eso, terminas ligando poco, por no decir nada”.

Santiago Acosta, el presentador de “Salsa Rosa”, tiene la firme intención de no convertirse jamás en un integrante del mundillo del corazón, uno de esos personajes que habitualmente entrevista en su propio programa. “Tratamos de hacer puro entretenimiento; no hay que buscar más recovecos a “Salsa Rosa”, advierte el periodista, un madrileño de 36 años, que se inició en Telemadrid, la cadena autonómica en la que permaneció a lo largo de ocho años para recalar después en el área de investigación de El Mundo TV.

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Santiago Acosta, el presentador de “Salsa Rosa”, tiene la firme intención de no convertirse jamás en un integrante del mundillo del corazón, uno de esos personajes que habitualmente entrevista en su propio programa, según advierte este madrileño de 36 años, que se inició en Telemadrid, la cadena autonómica en la que permaneció a lo largo de ocho años para recalar después en el área de investigación de El Mundo TV. Y prosigue: “Ser famoso te ayuda a conocer mujeres, pero a ver quién te dice que luego no lo van a ir contando. Cuando una chica se te acerca, te preguntas: “No sé qué querrá sacar de mí por salir en la tele”. Por eso, terminas ligando poco, por no decir nada”.

Santiago Acosta, el presentador de “Salsa Rosa”, tiene la firme intención de no convertirse jamás en un integrante del mundillo del corazón, uno de esos personajes que habitualmente entrevista en su propio programa. “Tratamos de hacer puro entretenimiento; no hay que buscar más recovecos a “Salsa Rosa”, advierte el periodista, un madrileño de 36 años, que se inició en Telemadrid, la cadena autonómica en la que permaneció a lo largo de ocho años para recalar después en el área de investigación de El Mundo TV.

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Santiago Acosta, el presentador de “Salsa Rosa”, tiene la firme intención de no convertirse jamás en un integrante del mundillo del corazón, uno de esos personajes que habitualmente entrevista en su propio programa, según advierte este madrileño de 36 años, que se inició en Telemadrid, la cadena autonómica en la que permaneció a lo largo de ocho años para recalar después en el área de investigación de El Mundo TV. Y prosigue: “Ser famoso te ayuda a conocer mujeres, pero a ver quién te dice que luego no lo van a ir contando. Cuando una chica se te acerca, te preguntas: “No sé qué querrá sacar de mí por salir en la tele”. Por eso, terminas ligando poco, por no decir nada”.

Santiago Acosta, el presentador de “Salsa Rosa”, tiene la firme intención de no convertirse jamás en un integrante del mundillo del corazón, uno de esos personajes que habitualmente entrevista en su propio programa. “Tratamos de hacer puro entretenimiento; no hay que buscar más recovecos a “Salsa Rosa”, advierte el periodista, un madrileño de 36 años, que se inició en Telemadrid, la cadena autonómica en la que permaneció a lo largo de ocho años para recalar después en el área de investigación de El Mundo TV.

“Comencé vendiendo calzoncillos en unos grandes almacenes para pagarme los estudios y sacar unas pelillas”, recuerda Santiago de sus comienzos como trabajador.

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- Con “Al descubierto”, un programa de El Mundo TV que también dirigía, al menos en sus seis primeras emisiones. Ahí se produjo mi pérdida de intimidad, que es lo único que me incomoda de este trabajo. Quiero resguardar mi intimidad de manera tajante, como si fuera un comentarista de...