Paco Rabanne, el metalúrgico de la moda

Revolucionó los años sesenta cuando cambió las sedas, el tafetán, las jaretas y la aguja, por alicates, sopletes y herramientas más propias de una planta siderúrgica que de un taller de alta costura. Su innovación lo ha situado entre los grandes del diseño, y sus creaciones se exhiben además de en las pasarelas en museos como el de Arte Moderno en Nueva York y en galerías de arte, como la de la prestigiosa, Carla Sozzani, de Milán, que dedica una exposición de su obra.

A sus 68 años es una obviedad decir que Francisco Rabaneda (su verdadero nombre, Pasajes, Guipúzcoa, 1934) es un clásico de la moda. Con su primera colección ya inscribió su nombre en la historia del diseño y, desde entonces hasta ahora no deja de innovar en cada prenda, en cada complemento o perfume que lleva su firma.

En 1999, el polifacético creador anunció su retirada de la alta costura por los elevados costes que suponía la elaboración de la colección. Durante este tiempo, ha trabajado mano a mano con su estrecha colaboradora, Rosemary Rodríguez, por cuyas venas también corren orígenes españoles. Sobre los hombros de ella recae la responsabilidad de coger el testigo de la sucesión en la firma, con la confianza y el apoyo pleno del creador.

“Rosemary ha buceado de lleno en la historia de la casa, en las técnicas que introduje en el taller en los años sesenta. Eso le permite tener un conocimiento profundo de dónde venimos sin que la condicione a la hora de crear sus propios diseños....

Revolucionó los años sesenta cuando cambió las sedas, el tafetán, las jaretas y la aguja, por alicates, sopletes y herramientas más propias de una planta siderúrgica que de un taller de alta costura. Su innovación lo ha situado entre los grandes del diseño, y sus creaciones se exhiben además de en las pasarelas en museos como el de Arte Moderno en Nueva York y en galerías de arte, como la de la prestigiosa, Carla Sozzani, de Milán, que dedica una exposición de su obra.

A sus 68 años es una obviedad decir que Francisco Rabaneda (su verdadero nombre, Pasajes, Guipúzcoa, 1934) es un clásico de la moda. Con su primera colección ya inscribió su nombre en la historia del diseño y, desde entonces hasta ahora no deja de innovar en cada prenda, en cada complemento o perfume que lleva su firma.

En 1999, el polifacético creador anunció su retirada de la alta costura por los elevados costes que suponía la elaboración de la colección. Durante este tiempo, ha trabajado mano a mano con su estrecha colaboradora, Rosemary Rodríguez, por cuyas venas también corren orígenes españoles. Sobre los hombros de ella recae la responsabilidad de coger el testigo de la sucesión en la firma, con la confianza y el apoyo pleno del creador.

“Rosemary ha buceado de lleno en la historia de la casa, en las técnicas que introduje en el taller en los años sesenta. Eso le permite tener un conocimiento profundo de dónde venimos sin que la condicione a la hora de crear sus propios diseños....

Revolucionó los años sesenta cuando cambió las sedas, el tafetán, las jaretas y la aguja, por alicates, sopletes y herramientas más propias de una planta siderúrgica que de un taller de alta costura. Su innovación lo ha situado entre los grandes del diseño, y sus creaciones se exhiben además de en las pasarelas en museos como el de Arte Moderno en Nueva York y en galerías de arte, como la de la prestigiosa, Carla Sozzani, de Milán, que dedica una exposición de su obra.

A sus 68 años es una obviedad decir que Francisco Rabaneda (su verdadero nombre, Pasajes, Guipúzcoa, 1934) es un clásico de la moda. Con su primera colección ya inscribió su nombre en la historia del diseño y, desde entonces hasta ahora no deja de innovar en cada prenda, en cada complemento o perfume que lleva su firma.

En 1999, el polifacético creador anunció su retirada de la alta costura por los elevados costes que suponía la elaboración de la colección. Durante este tiempo, ha trabajado mano a mano con su estrecha colaboradora, Rosemary Rodríguez, por cuyas venas también corren orígenes españoles. Sobre los hombros de ella recae la responsabilidad de coger el testigo de la sucesión en la firma, con la confianza y el apoyo pleno del creador.

“Rosemary ha buceado de lleno en la historia de la casa, en las técnicas que introduje en el taller en los años sesenta. Eso le permite tener un conocimiento profundo de dónde venimos sin que la condicione a la hora de crear sus propios diseños....

Revolucionó los años sesenta cuando cambió las sedas, el tafetán, las jaretas y la aguja, por alicates, sopletes y herramientas más propias de una planta siderúrgica que de un taller de alta costura. Su innovación lo ha situado entre los grandes del diseño, y sus creaciones se exhiben además de en las pasarelas en museos como el de Arte Moderno en Nueva York y en galerías de arte, como la de la prestigiosa, Carla Sozzani, de Milán, que dedica una exposición de su obra.

A sus 68 años es una obviedad decir que Francisco Rabaneda (su verdadero nombre, Pasajes, Guipúzcoa, 1934) es un clásico de la moda. Con su primera colección ya inscribió su nombre en la historia del diseño y, desde entonces hasta ahora no deja de innovar en cada prenda, en cada complemento o perfume que lleva su firma.

En 1999, el polifacético creador anunció su retirada de la alta costura por los elevados costes que suponía la elaboración de la colección. Durante este tiempo, ha trabajado mano a mano con su estrecha colaboradora, Rosemary Rodríguez, por cuyas venas también corren orígenes españoles. Sobre los hombros de ella recae la responsabilidad de coger el testigo de la sucesión en la firma, con la confianza y el apoyo pleno del creador.

“Rosemary ha buceado de lleno en la historia de la casa, en las técnicas que introduje en el taller en los años sesenta. Eso le permite tener un conocimiento profundo de dónde venimos sin que la condicione a la hora de crear sus propios diseños....

Revolucionó los años sesenta cuando cambió las sedas, el tafetán, las jaretas y la aguja, por alicates, sopletes y herramientas más propias de una planta siderúrgica que de un taller de alta costura. Su innovación lo ha situado entre los grandes del diseño, y sus creaciones se exhiben además de en las pasarelas en museos como el de Arte Moderno en Nueva York y en galerías de arte, como la de la prestigiosa, Carla Sozzani, de Milán, que dedica una exposición de su obra.

A sus 68 años es una obviedad decir que Francisco Rabaneda (su verdadero nombre, Pasajes, Guipúzcoa, 1934) es un clásico de la moda. Con su primera colección ya inscribió su nombre en la historia del diseño y, desde entonces hasta ahora no deja de innovar en cada prenda, en cada complemento o perfume que lleva su firma.

En 1999, el polifacético creador anunció su retirada de la alta costura por los elevados costes que suponía la elaboración de la colección. Durante este tiempo, ha trabajado mano a mano con su estrecha colaboradora, Rosemary Rodríguez, por cuyas venas también corren orígenes españoles. Sobre los hombros de ella recae la responsabilidad de coger el testigo de la sucesión en la firma, con la confianza y el apoyo pleno del creador.

“Rosemary ha buceado de lleno en la historia de la casa, en las técnicas que introduje en el taller en los años sesenta. Eso le permite tener un conocimiento profundo de dónde venimos sin que la condicione a la hora de crear sus propios diseños....