Nefertiti también usaba rímel

La mítica belleza de la gran Nefertiti no fue sólo un regalo de los dioses de Egipto. Buenas dosis de cosméticos para los ojos, mejillas, labios… ayudaron a esta reina de la hermosura a construir un mito que ha llegado hasta nosotros. Pero Nefertiti no fue la única egipcia que se dejó ayudar por un buen maquillaje…

Según narra la tradición egipcia, el dios creador hizo surgir del caos la luz cegadora del sol e iluminó con sus rayos un hermoso cielo azul que pronto se pobló de aves. Después creó el Nilo, otorgándole el mágico don de inundar la fértil tierra negra de sus orillas. Las semillas allí depositadas hicieron surgir plantas y árboles que alimentaron a animales de toda clase. Cuando el dios vio su obra concluida, lágrimas de felicidad resbalaron por sus mejillas al contemplar la magnitud de la belleza creada. Estas lágrimas cayeron al suelo y de su unión con el barro nació el hombre. Con semejante concepto del origen del universo no es de extrañar que la belleza fuese algo fundamental para el pueblo egipcio. El maquillaje (tanto en hombres como en mujeres), las joyas, la vestimenta, la armonía de colores… eran una forma de honrar constantemente a sus divinidades, haciendo buen uso de la belleza recibida.

MAQUILLAJES UNISEX Los ojos, los labios, las cejas, las pestañas, el rostro y las uñas...

La mítica belleza de la gran Nefertiti no fue sólo un regalo de los dioses de Egipto. Buenas dosis de cosméticos para los ojos, mejillas, labios… ayudaron a esta reina de la hermosura a construir un mito que ha llegado hasta nosotros. Pero Nefertiti no fue la única egipcia que se dejó ayudar por un buen maquillaje…

Según narra la tradición egipcia, el dios creador hizo surgir del caos la luz cegadora del sol e iluminó con sus rayos un hermoso cielo azul que pronto se pobló de aves. Después creó el Nilo, otorgándole el mágico don de inundar la fértil tierra negra de sus orillas. Las semillas allí depositadas hicieron surgir plantas y árboles que alimentaron a animales de toda clase. Cuando el dios vio su obra concluida, lágrimas de felicidad resbalaron por sus mejillas al contemplar la magnitud de la belleza creada. Estas lágrimas cayeron al suelo y de su unión con el barro nació el hombre. Con semejante concepto del origen del universo no es de extrañar que la belleza fuese algo fundamental para el pueblo egipcio. El maquillaje (tanto en hombres como en mujeres), las joyas, la vestimenta, la armonía de colores… eran una forma de honrar constantemente a sus divinidades, haciendo buen uso de la belleza recibida.

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