16/09/2002 12:00 (UTC)
En los últimos años, lo feo, lo monstruoso y hasta lo repugnante, comienza a dominar entre las nuevas tendencias de la vanguardia literaria y artística internacional. Este fenómeno polémico y curioso, que tiene sus orígenes en el alba de la humanidad y dos momentos álgidos en los siglos XV y XVIII, pone en tela de juicio el cánon tradicional de belleza que estuvo más o menos vigente en las décadas precedentes.
Si en la literatura los ejemplos son antiquísimos, en los últimos 15 años y en el terreno del arte, se han visto proliferar en importantes galerías y museos de los países más desarrollados de Occidente monstruos, cadáveres, restos de comida y de materia orgánica humana y objetos en descomposición. Territorios considerados hasta ahora como secretos o privados forman parte hoy de la literatura y el arte cotidianos y se enfrentan al público de una manera prepotente y directa. En su artículo "La sombra de lo bello", el italiano Remo Bodei investiga los orígenes del fenómeno y lo sitúa en el tardío romanticismo social de la cultura francesa, "en la que lo feo lleva a cabo su definitiva conversión en lo bello hasta el punto de ser indistinguible". Pone como ejemplos a Victor Hugo, Eugene Sue, Charles Baudelaire y una serie de escritores "populares", que, a su juicio, escogen como terreno propio el de los fenómenos anormales y ambiguos, los espacios de condensación del vicio y el desorden,...
En los últimos años, lo feo, lo monstruoso y hasta lo repugnante, comienza a dominar entre las nuevas tendencias de la vanguardia literaria y artística internacional. Este fenómeno polémico y curioso, que tiene sus orígenes en el alba de la humanidad y dos momentos álgidos en los siglos XV y XVIII, pone en tela de juicio el cánon tradicional de belleza que estuvo más o menos vigente en las décadas precedentes.
Si en la literatura los ejemplos son antiquísimos, en los últimos 15 años y en el terreno del arte, se han visto proliferar en importantes galerías y museos de los países más desarrollados de Occidente monstruos, cadáveres, restos de comida y de materia orgánica humana y objetos en descomposición. Territorios considerados hasta ahora como secretos o privados forman parte hoy de la literatura y el arte cotidianos y se enfrentan al público de una manera prepotente y directa. En su artículo "La sombra de lo bello", el italiano Remo Bodei investiga los orígenes del fenómeno y lo sitúa en el tardío romanticismo social de la cultura francesa, "en la que lo feo lleva a cabo su definitiva conversión en lo bello hasta el punto de ser indistinguible". Pone como ejemplos a Victor Hugo, Eugene Sue, Charles Baudelaire y una serie de escritores "populares", que, a su juicio, escogen como terreno propio el de los fenómenos anormales y ambiguos, los espacios de condensación del vicio y el desorden,...
En los últimos años, lo feo, lo monstruoso y hasta lo repugnante, comienza a dominar entre las nuevas tendencias de la vanguardia literaria y artística internacional. Este fenómeno polémico y curioso, que tiene sus orígenes en el alba de la humanidad y dos momentos álgidos en los siglos XV y XVIII, pone en tela de juicio el cánon tradicional de belleza que estuvo más o menos vigente en las décadas precedentes.
Si en la literatura los ejemplos son antiquísimos, en los últimos 15 años y en el terreno del arte, se han visto proliferar en importantes galerías y museos de los países más desarrollados de Occidente monstruos, cadáveres, restos de comida y de materia orgánica humana y objetos en descomposición. Territorios considerados hasta ahora como secretos o privados forman parte hoy de la literatura y el arte cotidianos y se enfrentan al público de una manera prepotente y directa. En su artículo "La sombra de lo bello", el italiano Remo Bodei investiga los orígenes del fenómeno y lo sitúa en el tardío romanticismo social de la cultura francesa, "en la que lo feo lleva a cabo su definitiva conversión en lo bello hasta el punto de ser indistinguible". Pone como ejemplos a Victor Hugo, Eugene Sue, Charles Baudelaire y una serie de escritores "populares", que, a su juicio, escogen como terreno propio el de los fenómenos anormales y ambiguos, los espacios de condensación del vicio y el desorden,...
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