Un modesto profesor admirado por Goethe y por Freud

Es curioso el destino de los hombres. Algunos se preparan desde pequeños para la fama y nunca la consiguen; otros, la desprecian, y mueren envueltos en ella. Los menos, la ignoran y, sin embargo, la obtienen póstumamente. Este último caso es el del alemán Georg Christoph Lichtenberg, modesto profesor de física y discípulo de Kant, que vivió en la segunda mitad del siglo XVIII.

Por Oscar Peyrou

Respetado en vida como científico, literariamente no pasó de ser el autor de unos cuantos escritos satíricos y el redactor, durante más de 20 años, de un sencillo almanaque de bolsillo destinado a la simple y pacata sociedad de provincia de Gotinga. Dos amigos fueron los responsables de la publicación de unos fragmentos que el profesor había escrito sin darle ninguna importancia a lo largo de su vida. Esta miscelánea se fue modificando con el tiempo -añadiendo unos textos y variando la ubicación de otros-. Uno de los frecuentadores más asiduos de este libro fue el gran filósofo Friedrich Nietzsche, quien no vaciló en colocarlo entre los pocos volúmenes de la literatura alemana que merecían ser leídos una y otra vez. Otros de sus admiradores fueron Goethe, Freud, Canetti y André Breton. Goethe llegó a decir: "Podemos utilizar los escritos de Lichtenberg como la más maravillosa de las varitas mágicas; dónde él hace una broma, hay algún problema oculto". Lichtenberg (1742-1799) tenía...

Es curioso el destino de los hombres. Algunos se preparan desde pequeños para la fama y nunca la consiguen; otros, la desprecian, y mueren envueltos en ella. Los menos, la ignoran y, sin embargo, la obtienen póstumamente. Este último caso es el del alemán Georg Christoph Lichtenberg, modesto profesor de física y discípulo de Kant, que vivió en la segunda mitad del siglo XVIII.

Por Oscar Peyrou

Respetado en vida como científico, literariamente no pasó de ser el autor de unos cuantos escritos satíricos y el redactor, durante más de 20 años, de un sencillo almanaque de bolsillo destinado a la simple y pacata sociedad de provincia de Gotinga. Dos amigos fueron los responsables de la publicación de unos fragmentos que el profesor había escrito sin darle ninguna importancia a lo largo de su vida. Esta miscelánea se fue modificando con el tiempo -añadiendo unos textos y variando la ubicación de otros-. Uno de los frecuentadores más asiduos de este libro fue el gran filósofo Friedrich Nietzsche, quien no vaciló en colocarlo entre los pocos volúmenes de la literatura alemana que merecían ser leídos una y otra vez. Otros de sus admiradores fueron Goethe, Freud, Canetti y André Breton. Goethe llegó a decir: "Podemos utilizar los escritos de Lichtenberg como la más maravillosa de las varitas mágicas; dónde él hace una broma, hay algún problema oculto". Lichtenberg (1742-1799) tenía...

Es curioso el destino de los hombres. Algunos se preparan desde pequeños para la fama y nunca la consiguen; otros, la desprecian, y mueren envueltos en ella. Los menos, la ignoran y, sin embargo, la obtienen póstumamente. Este último caso es el del alemán Georg Christoph Lichtenberg, modesto profesor de física y discípulo de Kant, que vivió en la segunda mitad del siglo XVIII.

Por Oscar Peyrou

Respetado en vida como científico, literariamente no pasó de ser el autor de unos cuantos escritos satíricos y el redactor, durante más de 20 años, de un sencillo almanaque de bolsillo destinado a la simple y pacata sociedad de provincia de Gotinga. Dos amigos fueron los responsables de la publicación de unos fragmentos que el profesor había escrito sin darle ninguna importancia a lo largo de su vida. Esta miscelánea se fue modificando con el tiempo -añadiendo unos textos y variando la ubicación de otros-. Uno de los frecuentadores más asiduos de este libro fue el gran filósofo Friedrich Nietzsche, quien no vaciló en colocarlo entre los pocos volúmenes de la literatura alemana que merecían ser leídos una y otra vez. Otros de sus admiradores fueron Goethe, Freud, Canetti y André Breton. Goethe llegó a decir: "Podemos utilizar los escritos de Lichtenberg como la más maravillosa de las varitas mágicas; dónde él hace una broma, hay algún problema oculto". Lichtenberg (1742-1799) tenía...