Lance Armstrong, el superviviente

Tras imponerse por primera vez en el Tour en 1999, el ciclista estadounidense ha implantado su tiranía en los tres años siguientes, sin oposición, y es el máximo favorito -tal vez, el único-, para subir a lo más alto del podio en 2003 y sumar su quinta victoria consecutiva, igualando el récord de Induráin. Pero además de sus indudables méritos deportivos, Lance Armstrong es algo más. Es un "superviviente" que logró derrotar a la enfermedad y superar un cáncer de testículos que a punto estuvo de acabar con su vida en 1996

Para muchos, el ciclismo es el deporte más duro y sacrificado de todos. Subido sobre dos ruedas en un armazón de acero de apenas 6,5 kilos, el ciclista debe superar desniveles imposibles, descender rampas pronunciadas a más de 80 kilómetros por hora sorteando rivales atenazados por el miedo y pedalear diariamente durante seis horas en condiciones infrahumanas, bien bajo un sol abrasador o soportando la lluvia, el viento y el granizo que aletarga por igual los músculos y la mente.

La más épica de todas estas aventuras es el Tour de Francia. Una carrera de tres semanas sobre un recorrido de 3.700 kilómetros que se disputa en el mes de julio, con temperaturas superiores a los 35 grados centígrados, y con ascensos a colosos montañosos en los que la ausencia de vegetación demuestra el déficit de oxígeno que deberán soportar los que osen coronarlos. Sobre las cimas de las más míticas montañas de los Alpes o los Pirineos han escrito su leyenda los verdaderos campeones, aquellos que han...

Tras imponerse por primera vez en el Tour en 1999, el ciclista estadounidense ha implantado su tiranía en los tres años siguientes, sin oposición, y es el máximo favorito -tal vez, el único-, para subir a lo más alto del podio en 2003 y sumar su quinta victoria consecutiva, igualando el récord de Induráin. Pero además de sus indudables méritos deportivos, Lance Armstrong es algo más. Es un "superviviente" que logró derrotar a la enfermedad y superar un cáncer de testículos que a punto estuvo de acabar con su vida en 1996

Para muchos, el ciclismo es el deporte más duro y sacrificado de todos. Subido sobre dos ruedas en un armazón de acero de apenas 6,5 kilos, el ciclista debe superar desniveles imposibles, descender rampas pronunciadas a más de 80 kilómetros por hora sorteando rivales atenazados por el miedo y pedalear diariamente durante seis horas en condiciones infrahumanas, bien bajo un sol abrasador o soportando la lluvia, el viento y el granizo que aletarga por igual los músculos y la mente.

La más épica de todas estas aventuras es el Tour de Francia. Una carrera de tres semanas sobre un recorrido de 3.700 kilómetros que se disputa en el mes de julio, con temperaturas superiores a los 35 grados centígrados, y con ascensos a colosos montañosos en los que la ausencia de vegetación demuestra el déficit de oxígeno que deberán soportar los que osen coronarlos. Sobre las cimas de las más míticas montañas de los Alpes o los Pirineos han escrito su leyenda los verdaderos campeones, aquellos que han...

Tras imponerse por primera vez en el Tour en 1999, el ciclista estadounidense ha implantado su tiranía en los tres años siguientes, sin oposición, y es el máximo favorito -tal vez, el único-, para subir a lo más alto del podio en 2003 y sumar su quinta victoria consecutiva, igualando el récord de Induráin. Pero además de sus indudables méritos deportivos, Lance Armstrong es algo más. Es un "superviviente" que logró derrotar a la enfermedad y superar un cáncer de testículos que a punto estuvo de acabar con su vida en 1996

Para muchos, el ciclismo es el deporte más duro y sacrificado de todos. Subido sobre dos ruedas en un armazón de acero de apenas 6,5 kilos, el ciclista debe superar desniveles imposibles, descender rampas pronunciadas a más de 80 kilómetros por hora sorteando rivales atenazados por el miedo y pedalear diariamente durante seis horas en condiciones infrahumanas, bien bajo un sol abrasador o soportando la lluvia, el viento y el granizo que aletarga por igual los músculos y la mente.

La más épica de todas estas aventuras es el Tour de Francia. Una carrera de tres semanas sobre un recorrido de 3.700 kilómetros que se disputa en el mes de julio, con temperaturas superiores a los 35 grados centígrados, y con ascensos a colosos montañosos en los que la ausencia de vegetación demuestra el déficit de oxígeno que deberán soportar los que osen coronarlos. Sobre las cimas de las más míticas montañas de los Alpes o los Pirineos han escrito su leyenda los verdaderos campeones, aquellos que han...

Tras imponerse por primera vez en el Tour en 1999, el ciclista estadounidense ha implantado su tiranía en los tres años siguientes, sin oposición, y es el máximo favorito -tal vez, el único-, para subir a lo más alto del podio en 2003 y sumar su quinta victoria consecutiva, igualando el récord de Induráin. Pero además de sus indudables méritos deportivos, Lance Armstrong es algo más. Es un "superviviente" que logró derrotar a la enfermedad y superar un cáncer de testículos que a punto estuvo de acabar con su vida en 1996

Para muchos, el ciclismo es el deporte más duro y sacrificado de todos. Subido sobre dos ruedas en un armazón de acero de apenas 6,5 kilos, el ciclista debe superar desniveles imposibles, descender rampas pronunciadas a más de 80 kilómetros por hora sorteando rivales atenazados por el miedo y pedalear diariamente durante seis horas en condiciones infrahumanas, bien bajo un sol abrasador o soportando la lluvia, el viento y el granizo que aletarga por igual los músculos y la mente.

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Tras imponerse por primera vez en el Tour en 1999, el ciclista estadounidense ha implantado su tiranía en los tres años siguientes, sin oposición, y es el máximo favorito -tal vez, el único-, para subir a lo más alto del podio en 2003 y sumar su quinta victoria consecutiva, igualando el récord de Induráin. Pero además de sus indudables méritos deportivos, Lance Armstrong es algo más. Es un "superviviente" que logró derrotar a la enfermedad y superar un cáncer de testículos que a punto estuvo de acabar con su vida en 1996

Para muchos, el ciclismo es el deporte más duro y sacrificado de todos. Subido sobre dos ruedas en un armazón de acero de apenas 6,5 kilos, el ciclista debe superar desniveles imposibles, descender rampas pronunciadas a más de 80 kilómetros por hora sorteando rivales atenazados por el miedo y pedalear diariamente durante seis horas en condiciones infrahumanas, bien bajo un sol abrasador o soportando la lluvia, el viento y el granizo que aletarga por igual los músculos y la mente.

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