Jean-Paul Gaultier, rebelde con causa

Diseña ropa lúdica, alegre y cariñosa con el mundo en esta época tan gris y desgastada. Con sólo diecisiete años envió su colección a los costureros más importantes. Yves Saint Lauren, Christian Dior, Cardin, Courreges… y el día que cumplía 18 años, el teléfono sonó. A partir de entonces abrió su espíritu y se rebeló, hoy, después de veinticinco años, es fiel a sí mismo, el lujo más grande que se puede desear.

Rebeldía y síntesis son las palabras mágicas que explican el universo de Jean-Paul Gaultier. Todos sus diseños proceden de algo que ya existe. Su trabajo consiste en cambiarlo. Si se mira en el interior de sus prendas, se ve cómo las ha retorcido y retocado hasta conseguir el “estilo gaultier”.

Se ha atrevido con todo y realiza las combinaciones más insólitas con los mejores resultados. Algunos de sus diseños disparan las críticas de los defensores de la belleza convencional, pero de su cosecha particular han surgido las tendencias más emblemáticas de los últimos años: calzado militar en la ciudad, trasparencias, sastres con capucha, fajas y sujetadores en minifalda y tops, y las púdicas combinaciones de posguerra en vestidos chic, toda una revolución. Sus creaciones envían señales que atraen o repelen, pero jamás pasan inadvertidas. Le fascina la televisión, engulle sus imágenes y las plasma sobre los patrones. Se nutre de la calle, de la cultura punk, de las influencias étnicas y...

Diseña ropa lúdica, alegre y cariñosa con el mundo en esta época tan gris y desgastada. Con sólo diecisiete años envió su colección a los costureros más importantes. Yves Saint Lauren, Christian Dior, Cardin, Courreges… y el día que cumplía 18 años, el teléfono sonó. A partir de entonces abrió su espíritu y se rebeló, hoy, después de veinticinco años, es fiel a sí mismo, el lujo más grande que se puede desear.

Rebeldía y síntesis son las palabras mágicas que explican el universo de Jean-Paul Gaultier. Todos sus diseños proceden de algo que ya existe. Su trabajo consiste en cambiarlo. Si se mira en el interior de sus prendas, se ve cómo las ha retorcido y retocado hasta conseguir el “estilo gaultier”.

Se ha atrevido con todo y realiza las combinaciones más insólitas con los mejores resultados. Algunos de sus diseños disparan las críticas de los defensores de la belleza convencional, pero de su cosecha particular han surgido las tendencias más emblemáticas de los últimos años: calzado militar en la ciudad, trasparencias, sastres con capucha, fajas y sujetadores en minifalda y tops, y las púdicas combinaciones de posguerra en vestidos chic, toda una revolución. Sus creaciones envían señales que atraen o repelen, pero jamás pasan inadvertidas. Le fascina la televisión, engulle sus imágenes y las plasma sobre los patrones. Se nutre de la calle, de la cultura punk, de las influencias étnicas y...

Diseña ropa lúdica, alegre y cariñosa con el mundo en esta época tan gris y desgastada. Con sólo diecisiete años envió su colección a los costureros más importantes. Yves Saint Lauren, Christian Dior, Cardin, Courreges… y el día que cumplía 18 años, el teléfono sonó. A partir de entonces abrió su espíritu y se rebeló, hoy, después de veinticinco años, es fiel a sí mismo, el lujo más grande que se puede desear.

Rebeldía y síntesis son las palabras mágicas que explican el universo de Jean-Paul Gaultier. Todos sus diseños proceden de algo que ya existe. Su trabajo consiste en cambiarlo. Si se mira en el interior de sus prendas, se ve cómo las ha retorcido y retocado hasta conseguir el “estilo gaultier”.

Se ha atrevido con todo y realiza las combinaciones más insólitas con los mejores resultados. Algunos de sus diseños disparan las críticas de los defensores de la belleza convencional, pero de su cosecha particular han surgido las tendencias más emblemáticas de los últimos años: calzado militar en la ciudad, trasparencias, sastres con capucha, fajas y sujetadores en minifalda y tops, y las púdicas combinaciones de posguerra en vestidos chic, toda una revolución. Sus creaciones envían señales que atraen o repelen, pero jamás pasan inadvertidas. Le fascina la televisión, engulle sus imágenes y las plasma sobre los patrones. Se nutre de la calle, de la cultura punk, de las influencias étnicas y...

Diseña ropa lúdica, alegre y cariñosa con el mundo en esta época tan gris y desgastada. Con sólo diecisiete años envió su colección a los costureros más importantes. Yves Saint Lauren, Christian Dior, Cardin, Courreges… y el día que cumplía 18 años, el teléfono sonó. A partir de entonces abrió su espíritu y se rebeló, hoy, después de veinticinco años, es fiel a sí mismo, el lujo más grande que se puede desear.

Rebeldía y síntesis son las palabras mágicas que explican el universo de Jean-Paul Gaultier. Todos sus diseños proceden de algo que ya existe. Su trabajo consiste en cambiarlo. Si se mira en el interior de sus prendas, se ve cómo las ha retorcido y retocado hasta conseguir el “estilo gaultier”.

Se ha atrevido con todo y realiza las combinaciones más insólitas con los mejores resultados. Algunos de sus diseños disparan las críticas de los defensores de la belleza convencional, pero de su cosecha particular han surgido las tendencias más emblemáticas de los últimos años: calzado militar en la ciudad, trasparencias, sastres con capucha, fajas y sujetadores en minifalda y tops, y las púdicas combinaciones de posguerra en vestidos chic, toda una revolución. Sus creaciones envían señales que atraen o repelen, pero jamás pasan inadvertidas. Le fascina la televisión, engulle sus imágenes y las plasma sobre los patrones. Se nutre de la calle, de la cultura punk, de las influencias étnicas y...

Diseña ropa lúdica, alegre y cariñosa con el mundo en esta época tan gris y desgastada. Con sólo diecisiete años envió su colección a los costureros más importantes. Yves Saint Lauren, Christian Dior, Cardin, Courreges… y el día que cumplía 18 años, el teléfono sonó. A partir de entonces abrió su espíritu y se rebeló, hoy, después de veinticinco años, es fiel a sí mismo, el lujo más grande que se puede desear.

Rebeldía y síntesis son las palabras mágicas que explican el universo de Jean-Paul Gaultier. Todos sus diseños proceden de algo que ya existe. Su trabajo consiste en cambiarlo. Si se mira en el interior de sus prendas, se ve cómo las ha retorcido y retocado hasta conseguir el “estilo gaultier”.

Se ha atrevido con todo y realiza las combinaciones más insólitas con los mejores resultados. Algunos de sus diseños disparan las críticas de los defensores de la belleza convencional, pero de su cosecha particular han surgido las tendencias más emblemáticas de los últimos años: calzado militar en la ciudad, trasparencias, sastres con capucha, fajas y sujetadores en minifalda y tops, y las púdicas combinaciones de posguerra en vestidos chic, toda una revolución. Sus creaciones envían señales que atraen o repelen, pero jamás pasan inadvertidas. Le fascina la televisión, engulle sus imágenes y las plasma sobre los patrones. Se nutre de la calle, de la cultura punk, de las influencias étnicas y...