La invitada principal

Pedrería, lentejuelas y destellos sobre intensos colores. Espectaculares drapeados y siluetas pegadas son las propuestas valientes para brillar esta Navidad.

DESTACADOS.

-- Con vocación nocturna llegan vestidos impregnados en la suntuosidad y la riqueza cromática de los tonos ocres, dorados y tostados.

-- Sobrada de feminidad, la falda tubo deja a un lado su versión más recatada para adoptar una pose más atrevida con tejidos metalizados y enriquecida con cristales, lentejuelas o tachuelas.

-- El esmoquin, un clásico noctámbulo a prueba de tendencias, continúa envolviendo a la mujer en un halo de misterio y con una pose tan femenina como sexy.

Esta Navidad, ante la incertidumbre económica, los creadores se han propuesto recuperar el optimismo y la alegría con patrones tan femeninos como opulentos y pomposos. Rompen la monotonía con diseños bañados en lujo, mezclas explosivas y exceso por doquier para que la mujer brille con luz propia.

Organzas, adamascados, brocados, terciopelos, gasas, tules, encajes y muselinas les sirven para elaborar vestidos de fiesta inspirados en el “look” del “disco fever”, en la suntuosidad del arte bizantino...

Pedrería, lentejuelas y destellos sobre intensos colores. Espectaculares drapeados y siluetas pegadas son las propuestas valientes para brillar esta Navidad.

DESTACADOS.

-- Con vocación nocturna llegan vestidos impregnados en la suntuosidad y la riqueza cromática de los tonos ocres, dorados y tostados.

-- Sobrada de feminidad, la falda tubo deja a un lado su versión más recatada para adoptar una pose más atrevida con tejidos metalizados y enriquecida con cristales, lentejuelas o tachuelas.

-- El esmoquin, un clásico noctámbulo a prueba de tendencias, continúa envolviendo a la mujer en un halo de misterio y con una pose tan femenina como sexy.

Esta Navidad, ante la incertidumbre económica, los creadores se han propuesto recuperar el optimismo y la alegría con patrones tan femeninos como opulentos y pomposos. Rompen la monotonía con diseños bañados en lujo, mezclas explosivas y exceso por doquier para que la mujer brille con luz propia.

Organzas, adamascados, brocados, terciopelos, gasas, tules, encajes y muselinas les sirven para elaborar vestidos de fiesta inspirados en el “look” del “disco fever”, en la suntuosidad del arte bizantino...

Pedrería, lentejuelas y destellos sobre intensos colores. Espectaculares drapeados y siluetas pegadas son las propuestas valientes para brillar esta Navidad.

DESTACADOS.

-- Con vocación nocturna llegan vestidos impregnados en la suntuosidad y la riqueza cromática de los tonos ocres, dorados y tostados.

-- Sobrada de feminidad, la falda tubo deja a un lado su versión más recatada para adoptar una pose más atrevida con tejidos metalizados y enriquecida con cristales, lentejuelas o tachuelas.

-- El esmoquin, un clásico noctámbulo a prueba de tendencias, continúa envolviendo a la mujer en un halo de misterio y con una pose tan femenina como sexy.

Esta Navidad, ante la incertidumbre económica, los creadores se han propuesto recuperar el optimismo y la alegría con patrones tan femeninos como opulentos y pomposos. Rompen la monotonía con diseños bañados en lujo, mezclas explosivas y exceso por doquier para que la mujer brille con luz propia.

Organzas, adamascados, brocados, terciopelos, gasas, tules, encajes y muselinas les sirven para elaborar vestidos de fiesta inspirados en el “look” del “disco fever”, en la suntuosidad del arte bizantino...

Pedrería, lentejuelas y destellos sobre intensos colores. Espectaculares drapeados y siluetas pegadas son las propuestas valientes para brillar esta Navidad.

DESTACADOS.

-- Con vocación nocturna llegan vestidos impregnados en la suntuosidad y la riqueza cromática de los tonos ocres, dorados y tostados.

-- Sobrada de feminidad, la falda tubo deja a un lado su versión más recatada para adoptar una pose más atrevida con tejidos metalizados y enriquecida con cristales, lentejuelas o tachuelas.

-- El esmoquin, un clásico noctámbulo a prueba de tendencias, continúa envolviendo a la mujer en un halo de misterio y con una pose tan femenina como sexy.

Esta Navidad, ante la incertidumbre económica, los creadores se han propuesto recuperar el optimismo y la alegría con patrones tan femeninos como opulentos y pomposos. Rompen la monotonía con diseños bañados en lujo, mezclas explosivas y exceso por doquier para que la mujer brille con luz propia.

Organzas, adamascados, brocados, terciopelos, gasas, tules, encajes y muselinas les sirven para elaborar vestidos de fiesta inspirados en el “look” del “disco fever”, en la suntuosidad del arte bizantino...