Los grandes escritores olvidados

Dicen que el tiempo suele poner las cosas en su lugar, pero grandes escritores universales permanecen desconocidos para el gran publico de habla castellana, mientras muchos autores solo mediocres gozan de una inmerecida fama.

Cuando se habla de literatura, suele decirse que el mejor crítico es el tiempo. Todo -es un lugar común- termina por colocarse en el lugar que le corresponde. Como si se tratase de una ley física universal e inmutable. Sin embargo, y lamentablemente, esto no ocurre con la frecuencia deseable. Hay casos, incluso, en los que no ocurre jamás.

Así, grandes escritores permanecen injustamente olvidados por el gran público. La crítica, uno de cuyos fines debería ser impedir que estas cosas sucedieran, parece estar mas interesada en cantar las loas del autor del momento, generalmente mediocre, pero que tiene la ventaja de contar con el avasallador aparato de propaganda de la editorial. Hay muchos intereses en juego y no es cuestión de perder el tiempo con escritores que ya no dan casi ningún beneficio monetario.

La comercialización salvaje de la literatura es un hecho desde hace unas décadas. En general -hay honrosas excepciones- los editores venden libros como si se tratara de accesorios de...

Dicen que el tiempo suele poner las cosas en su lugar, pero grandes escritores universales permanecen desconocidos para el gran publico de habla castellana, mientras muchos autores solo mediocres gozan de una inmerecida fama.

Cuando se habla de literatura, suele decirse que el mejor crítico es el tiempo. Todo -es un lugar común- termina por colocarse en el lugar que le corresponde. Como si se tratase de una ley física universal e inmutable. Sin embargo, y lamentablemente, esto no ocurre con la frecuencia deseable. Hay casos, incluso, en los que no ocurre jamás.

Así, grandes escritores permanecen injustamente olvidados por el gran público. La crítica, uno de cuyos fines debería ser impedir que estas cosas sucedieran, parece estar mas interesada en cantar las loas del autor del momento, generalmente mediocre, pero que tiene la ventaja de contar con el avasallador aparato de propaganda de la editorial. Hay muchos intereses en juego y no es cuestión de perder el tiempo con escritores que ya no dan casi ningún beneficio monetario.

La comercialización salvaje de la literatura es un hecho desde hace unas décadas. En general -hay honrosas excepciones- los editores venden libros como si se tratara de accesorios de...