Dario Grandinetti: “No sé que me ven”

El actor argentino, protagonista de “Hable con ella”, de Pedro Almodóvar, rueda en su país, “El juego de arcibel”. “Nunca me imaginé que iba a trabajar con Almodóvar, fue una experiencia fantástica, enriquecedora. Te pone en un lugar inimaginable.

Darío Grandinetti es el argentino protagonista de “Hable con Ella”, el último filme de Pedro Almodóvar. “No sé que me ven”, desliza. “Nunca me imaginé que iba a trabajar con Almodóvar. Fue una experiencia fantástica, enriquecedora. Te pone en un lugar inimaginable. De mi infancia en barrio de calles de tierra y adolescencia en un pueblo, hace dos semanas estaba en Nueva York y me preguntaban cómo era filmar con Almodóvar”.

Tiene la mirada de una oscuridad penetrante. A veces, atemorizante. Otras, envolvente. Es alto y fornido. Usa la cabeza calva, rala. Mira directo a los ojos. Da la sensación de que habla quién es. Mueve sus dedos, sigue sus dichos con sus manos. Se acaricia la barbilla y sonríe. “En la medida en que pueda actuar personajes que se diferencien entre sí, que pueda crecer, no siento que tenga un perfil determinado”, asegura.

“COMO ACTOR ME GUSTA JUGAR”.

Desafía. Provoca. Precisa. “Como actor me gusta jugar”. Combate. Denuncia. Sueña. Y cambia de cronista.

Todo vuelve...

El actor argentino, protagonista de “Hable con ella”, de Pedro Almodóvar, rueda en su país, “El juego de arcibel”. “Nunca me imaginé que iba a trabajar con Almodóvar, fue una experiencia fantástica, enriquecedora. Te pone en un lugar inimaginable.

Darío Grandinetti es el argentino protagonista de “Hable con Ella”, el último filme de Pedro Almodóvar. “No sé que me ven”, desliza. “Nunca me imaginé que iba a trabajar con Almodóvar. Fue una experiencia fantástica, enriquecedora. Te pone en un lugar inimaginable. De mi infancia en barrio de calles de tierra y adolescencia en un pueblo, hace dos semanas estaba en Nueva York y me preguntaban cómo era filmar con Almodóvar”.

Tiene la mirada de una oscuridad penetrante. A veces, atemorizante. Otras, envolvente. Es alto y fornido. Usa la cabeza calva, rala. Mira directo a los ojos. Da la sensación de que habla quién es. Mueve sus dedos, sigue sus dichos con sus manos. Se acaricia la barbilla y sonríe. “En la medida en que pueda actuar personajes que se diferencien entre sí, que pueda crecer, no siento que tenga un perfil determinado”, asegura.

“COMO ACTOR ME GUSTA JUGAR”.

Desafía. Provoca. Precisa. “Como actor me gusta jugar”. Combate. Denuncia. Sueña. Y cambia de cronista.

Todo vuelve...