29/10/2009 12:00 (UTC)
En un mundo donde el progreso se asocia con la actividad incesante, la velocidad de la vida aumenta cada vez más debido al impulso de las tecnologías, y la urgencia se ha convertido en la regla en vez de la excepción, debemos decir: ¡alto!, mirar hacia dentro y darnos un respiro.
DESTACADOS:.-- Hay que reservar un tiempo para encontrarnos, sentir nuestro cuerpo, conectar con nuestras emociones, querernos, hacernos conscientes de las cosas positivas que hay en nuestra vida.-- El “no hacer” genera un espacio de encuentro con una de las personas con la que pasamos más tiempo pero a la cual menos conocemos y solemos atender: nosotros mismos. -- Andar descalzos sobre la arena, el césped o la tierra, favorece la salud de los pies y la mente. Escuchar el agua de los ríos, arroyos, nadar en el mar, pasear por un bosque, un parque o el campo, cultivar la huerta o el jardín, o contemplar los valles o cumbres, son otras opciones para conectar con la Naturaleza. Probablemente al principio le cueste mucho e incluso se sienta un poco culpable. Quizá se haya olvidado de poner en práctica una costumbre que socialmente parece reservada exclusivamente para los dos extremos de la existencia, la infancia y la ancianidad. Destinar un tiempo de cada jornada a simplemente “no...
En un mundo donde el progreso se asocia con la actividad incesante, la velocidad de la vida aumenta cada vez más debido al impulso de las tecnologías, y la urgencia se ha convertido en la regla en vez de la excepción, debemos decir: ¡alto!, mirar hacia dentro y darnos un respiro.
DESTACADOS:.-- Hay que reservar un tiempo para encontrarnos, sentir nuestro cuerpo, conectar con nuestras emociones, querernos, hacernos conscientes de las cosas positivas que hay en nuestra vida.-- El “no hacer” genera un espacio de encuentro con una de las personas con la que pasamos más tiempo pero a la cual menos conocemos y solemos atender: nosotros mismos. -- Andar descalzos sobre la arena, el césped o la tierra, favorece la salud de los pies y la mente. Escuchar el agua de los ríos, arroyos, nadar en el mar, pasear por un bosque, un parque o el campo, cultivar la huerta o el jardín, o contemplar los valles o cumbres, son otras opciones para conectar con la Naturaleza. Probablemente al principio le cueste mucho e incluso se sienta un poco culpable. Quizá se haya olvidado de poner en práctica una costumbre que socialmente parece reservada exclusivamente para los dos extremos de la existencia, la infancia y la ancianidad. Destinar un tiempo de cada jornada a simplemente “no...
En un mundo donde el progreso se asocia con la actividad incesante, la velocidad de la vida aumenta cada vez más debido al impulso de las tecnologías, y la urgencia se ha convertido en la regla en vez de la excepción, debemos decir: ¡alto!, mirar hacia dentro y darnos un respiro.
DESTACADOS:.-- Hay que reservar un tiempo para encontrarnos, sentir nuestro cuerpo, conectar con nuestras emociones, querernos, hacernos conscientes de las cosas positivas que hay en nuestra vida.-- El “no hacer” genera un espacio de encuentro con una de las personas con la que pasamos más tiempo pero a la cual menos conocemos y solemos atender: nosotros mismos. -- Andar descalzos sobre la arena, el césped o la tierra, favorece la salud de los pies y la mente. Escuchar el agua de los ríos, arroyos, nadar en el mar, pasear por un bosque, un parque o el campo, cultivar la huerta o el jardín, o contemplar los valles o cumbres, son otras opciones para conectar con la Naturaleza. Probablemente al principio le cueste mucho e incluso se sienta un poco culpable. Quizá se haya olvidado de poner en práctica una costumbre que socialmente parece reservada exclusivamente para los dos extremos de la existencia, la infancia y la ancianidad. Destinar un tiempo de cada jornada a simplemente “no...
Contenidos del Reportaje:
RÍO DE JANEIRO (BRASIL), 01/08/09.- Conviene dejar de hacer un rato en el día para sentir nuestro cuerpo y conectar con nuestras emociones.. EFE/ Antonio Lacerda
ATH002 BERLÍN (ALEMANIA) 18.08.09 La alemana Ariane Friedrich. El “no hacer” genera un espacio de encuentro con una de las personas con la que pasamos más tiempo pero a la cual menos conocemos y solemos atender: nosotros mismos.. EFE/Bernd Thissen
Hay que buscar un momento en el día para nosotros. EPA/CARLOS DURAN
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