07/04/2003 12:00 (UTC)
Hace 2.000 años, el Vesubio entró en erupción, mostrando súbitamente el poder trágico de la naturaleza. La muerte sorprendió de repente a los habitantes de las ciudades de Pompeya y Herculano. Apresados bajo la lava, quedaron los testimonios de la vida diaria y del arte de aquellas cultas urbes desaparecidas.
Hace 2.000 años, el Vesubio entró en erupción, mostrando súbitamente el poder trágico de la naturaleza. La muerte sorprendió de repente a los habitantes de las ciudades de Pompeya y Herculano. Apresados bajo la lava, quedaron los testimonios de la vida diaria y del arte de aquellas cultas urbes desaparecidas.Quedaron bajo el ardiente manto de la muerte las madres abrazadas a sus hijos, las hogazas que reposaban en la cavidad del horno, el utillaje del médico, las joyas, las bellas paredes repletas de frescos hechos para el goce de una sociedad avanzada y de vida agradable. Muchos de los tesoros de aquellas ciudades se han recogido en el Museo Arqueológico Nacional de Nápoles, que alberga ahora unas magníficas piezas esenciales para el estudio de aquella sociedad que dejó de existir en agosto del año 79 d.C. Y en este museo se presenta ahora una gran exposición “Historia de una erupción, Pompeya, Herculano, Oplontis”, que nos hace revivir el drama de la lucha entre hombre y...
Hace 2.000 años, el Vesubio entró en erupción, mostrando súbitamente el poder trágico de la naturaleza. La muerte sorprendió de repente a los habitantes de las ciudades de Pompeya y Herculano. Apresados bajo la lava, quedaron los testimonios de la vida diaria y del arte de aquellas cultas urbes desaparecidas.
Hace 2.000 años, el Vesubio entró en erupción, mostrando súbitamente el poder trágico de la naturaleza. La muerte sorprendió de repente a los habitantes de las ciudades de Pompeya y Herculano. Apresados bajo la lava, quedaron los testimonios de la vida diaria y del arte de aquellas cultas urbes desaparecidas.Quedaron bajo el ardiente manto de la muerte las madres abrazadas a sus hijos, las hogazas que reposaban en la cavidad del horno, el utillaje del médico, las joyas, las bellas paredes repletas de frescos hechos para el goce de una sociedad avanzada y de vida agradable. Muchos de los tesoros de aquellas ciudades se han recogido en el Museo Arqueológico Nacional de Nápoles, que alberga ahora unas magníficas piezas esenciales para el estudio de aquella sociedad que dejó de existir en agosto del año 79 d.C. Y en este museo se presenta ahora una gran exposición “Historia de una erupción, Pompeya, Herculano, Oplontis”, que nos hace revivir el drama de la lucha entre hombre y...
Hace 2.000 años, el Vesubio entró en erupción, mostrando súbitamente el poder trágico de la naturaleza. La muerte sorprendió de repente a los habitantes de las ciudades de Pompeya y Herculano. Apresados bajo la lava, quedaron los testimonios de la vida diaria y del arte de aquellas cultas urbes desaparecidas.
Hace 2.000 años, el Vesubio entró en erupción, mostrando súbitamente el poder trágico de la naturaleza. La muerte sorprendió de repente a los habitantes de las ciudades de Pompeya y Herculano. Apresados bajo la lava, quedaron los testimonios de la vida diaria y del arte de aquellas cultas urbes desaparecidas.Quedaron bajo el ardiente manto de la muerte las madres abrazadas a sus hijos, las hogazas que reposaban en la cavidad del horno, el utillaje del médico, las joyas, las bellas paredes repletas de frescos hechos para el goce de una sociedad avanzada y de vida agradable. Muchos de los tesoros de aquellas ciudades se han recogido en el Museo Arqueológico Nacional de Nápoles, que alberga ahora unas magníficas piezas esenciales para el estudio de aquella sociedad que dejó de existir en agosto del año 79 d.C. Y en este museo se presenta ahora una gran exposición “Historia de una erupción, Pompeya, Herculano, Oplontis”, que nos hace revivir el drama de la lucha entre hombre y...
Hace 2.000 años, el Vesubio entró en erupción, mostrando súbitamente el poder trágico de la naturaleza. La muerte sorprendió de repente a los habitantes de las ciudades de Pompeya y Herculano. Apresados bajo la lava, quedaron los testimonios de la vida diaria y del arte de aquellas cultas urbes desaparecidas.
Hace 2.000 años, el Vesubio entró en erupción, mostrando súbitamente el poder trágico de la naturaleza. La muerte sorprendió de repente a los habitantes de las ciudades de Pompeya y Herculano. Apresados bajo la lava, quedaron los testimonios de la vida diaria y del arte de aquellas cultas urbes desaparecidas.Quedaron bajo el ardiente manto de la muerte las madres abrazadas a sus hijos, las hogazas que reposaban en la cavidad del horno, el utillaje del médico, las joyas, las bellas paredes repletas de frescos hechos para el goce de una sociedad avanzada y de vida agradable. Muchos de los tesoros de aquellas ciudades se han recogido en el Museo Arqueológico Nacional de Nápoles, que alberga ahora unas magníficas piezas esenciales para el estudio de aquella sociedad que dejó de existir en agosto del año 79 d.C. Y en este museo se presenta ahora una gran exposición “Historia de una erupción, Pompeya, Herculano, Oplontis”, que nos hace revivir el drama de la lucha entre hombre y...
Hace 2.000 años, el Vesubio entró en erupción, mostrando súbitamente el poder trágico de la naturaleza. La muerte sorprendió de repente a los habitantes de las ciudades de Pompeya y Herculano. Apresados bajo la lava, quedaron los testimonios de la vida diaria y del arte de aquellas cultas urbes desaparecidas.
Hace 2.000 años, el Vesubio entró en erupción, mostrando súbitamente el poder trágico de la naturaleza. La muerte sorprendió de repente a los habitantes de las ciudades de Pompeya y Herculano. Apresados bajo la lava, quedaron los testimonios de la vida diaria y del arte de aquellas cultas urbes desaparecidas.Quedaron bajo el ardiente manto de la muerte las madres abrazadas a sus hijos, las hogazas que reposaban en la cavidad del horno, el utillaje del médico, las joyas, las bellas paredes repletas de frescos hechos para el goce de una sociedad avanzada y de vida agradable. Muchos de los tesoros de aquellas ciudades se han recogido en el Museo Arqueológico Nacional de Nápoles, que alberga ahora unas magníficas piezas esenciales para el estudio de aquella sociedad que dejó de existir en agosto del año 79 d.C. Y en este museo se presenta ahora una gran exposición “Historia de una erupción, Pompeya, Herculano, Oplontis”, que nos hace revivir el drama de la lucha entre hombre y...
Story content:
Pompeya, Casa particular de Giulio Polibio, detalle de la estatua de Apolo lampadoforo
Pompeya, Detalle del fresco de la pared de la denominada "Casa del Bracciale d’Oro"
Moregine. Pared este del triclivio C donde se observa un fresco con la Victoria con trípode
Terzigno, Villa 2, collar de oro con láminas de hojas
Terzigno, Villa 2, espejo de plata.
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