11/02/2002 12:00 (UTC)
--- Entre los escritores emblemáticos de la época romántica destaca el caso de Mariano José de Larra, aquel manojo de desasosiegos que terminó por suicidarse de un pistoletazo ante un espejo, un carnavalesco 13 de febrero, con tan solo 28 años de edad JUAN MANUEL GONZÁLEZ EFE – REPORTAJES
Pocas pulsiones del ser humano son tan intemporales y decisivas como el amor y la muerte; ambas, unidas a la sensación de soledad y de paso del tiempo que de alguna forma derivan y se entrecruzan con ellas, determinan en buena medida el itinerario de cada individuo y aun, a veces, de la colectividad. Amor y muerte son combinación tan fatal como excitante, tan humana como, en muchas ocasiones, desalmada. En nuestra literatura -y en todas las literaturas- el juego enigmático entre estas dos variables de la existencia ha cuajado en un casi ilimitado elenco de autores y obras, sobresaliendo al respecto aquellos que hemos dado en situar como emblemáticos de la época romántica. Y entre ellos, como no, destaca el caso de Mariano José de Larra, aquel manojo de desasosiegos que terminó por suicidarse de un pistoletazo ante un espejo, un carnavalesco 13 de febrero, con tan solo 28 años de edad. La muerte de Larra fue una condensación, un símbolo integral, de su vida, de sus trabajos, de una...
--- Entre los escritores emblemáticos de la época romántica destaca el caso de Mariano José de Larra, aquel manojo de desasosiegos que terminó por suicidarse de un pistoletazo ante un espejo, un carnavalesco 13 de febrero, con tan solo 28 años de edad JUAN MANUEL GONZÁLEZ EFE – REPORTAJES
Pocas pulsiones del ser humano son tan intemporales y decisivas como el amor y la muerte; ambas, unidas a la sensación de soledad y de paso del tiempo que de alguna forma derivan y se entrecruzan con ellas, determinan en buena medida el itinerario de cada individuo y aun, a veces, de la colectividad. Amor y muerte son combinación tan fatal como excitante, tan humana como, en muchas ocasiones, desalmada. En nuestra literatura -y en todas las literaturas- el juego enigmático entre estas dos variables de la existencia ha cuajado en un casi ilimitado elenco de autores y obras, sobresaliendo al respecto aquellos que hemos dado en situar como emblemáticos de la época romántica. Y entre ellos, como no, destaca el caso de Mariano José de Larra, aquel manojo de desasosiegos que terminó por suicidarse de un pistoletazo ante un espejo, un carnavalesco 13 de febrero, con tan solo 28 años de edad. La muerte de Larra fue una condensación, un símbolo integral, de su vida, de sus trabajos, de una...
--- Entre los escritores emblemáticos de la época romántica destaca el caso de Mariano José de Larra, aquel manojo de desasosiegos que terminó por suicidarse de un pistoletazo ante un espejo, un carnavalesco 13 de febrero, con tan solo 28 años de edad JUAN MANUEL GONZÁLEZ EFE – REPORTAJES
Pocas pulsiones del ser humano son tan intemporales y decisivas como el amor y la muerte; ambas, unidas a la sensación de soledad y de paso del tiempo que de alguna forma derivan y se entrecruzan con ellas, determinan en buena medida el itinerario de cada individuo y aun, a veces, de la colectividad. Amor y muerte son combinación tan fatal como excitante, tan humana como, en muchas ocasiones, desalmada. En nuestra literatura -y en todas las literaturas- el juego enigmático entre estas dos variables de la existencia ha cuajado en un casi ilimitado elenco de autores y obras, sobresaliendo al respecto aquellos que hemos dado en situar como emblemáticos de la época romántica. Y entre ellos, como no, destaca el caso de Mariano José de Larra, aquel manojo de desasosiegos que terminó por suicidarse de un pistoletazo ante un espejo, un carnavalesco 13 de febrero, con tan solo 28 años de edad. La muerte de Larra fue una condensación, un símbolo integral, de su vida, de sus trabajos, de una...
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