18/02/2003 12:00 (UTC)
Las ramas desprovistas de hojas dibujan un bello perfil oscuro. Es la belleza escueta del árbol desnudado por las lluvias, los vientos y el frío que han convertido la mancha verde en esqueleto leñoso. A los bonsáis también les ha llegado el invierno. Es el momento de disfrutar de un nuevo paisaje en casa. Para un amante de la naturaleza el secreto que guardan las ramas sin hojas, promesa de la primavera que vendrá, es también recreo de los sentidos.
El invierno no es mala época para iniciarse en el arte del bonsái, una actividad de origen oriental que combina técnicas de jardinería con la estética del diseño, todo sometido a unas ancestrales normas que persiguen el equilibrio, la armonía, las formas perfectas que puede adoptar la naturaleza. La palabra bonsái procede de los vocablos japoneses bon (bandeja) y sai (planta o árbol). Desde hace muchos siglos existe la tradición de cultivar estos árboles en miniatura en Japón y China. Algunos ejemplares que se mostraron en las exposiciones universales que proliferaron al final del siglo XIX y principios del XX asombraron a la sociedad europea. COMPARARLO CON UNA MASCOTA.Hoy son ya habituales en Occidente aunque la gran mayoría de las personas desconoce qué hacer con un bonsái, y algunas incluso sienten temor de no saber cuidarlo. La ignorancia llega a hacer afirmar que los amantes del bonsái son unos torturadores, que constriñen una planta para condenarla a la enanez, e incluso lo...
Las ramas desprovistas de hojas dibujan un bello perfil oscuro. Es la belleza escueta del árbol desnudado por las lluvias, los vientos y el frío que han convertido la mancha verde en esqueleto leñoso. A los bonsáis también les ha llegado el invierno. Es el momento de disfrutar de un nuevo paisaje en casa. Para un amante de la naturaleza el secreto que guardan las ramas sin hojas, promesa de la primavera que vendrá, es también recreo de los sentidos.
El invierno no es mala época para iniciarse en el arte del bonsái, una actividad de origen oriental que combina técnicas de jardinería con la estética del diseño, todo sometido a unas ancestrales normas que persiguen el equilibrio, la armonía, las formas perfectas que puede adoptar la naturaleza. La palabra bonsái procede de los vocablos japoneses bon (bandeja) y sai (planta o árbol). Desde hace muchos siglos existe la tradición de cultivar estos árboles en miniatura en Japón y China. Algunos ejemplares que se mostraron en las exposiciones universales que proliferaron al final del siglo XIX y principios del XX asombraron a la sociedad europea. COMPARARLO CON UNA MASCOTA.Hoy son ya habituales en Occidente aunque la gran mayoría de las personas desconoce qué hacer con un bonsái, y algunas incluso sienten temor de no saber cuidarlo. La ignorancia llega a hacer afirmar que los amantes del bonsái son unos torturadores, que constriñen una planta para condenarla a la enanez, e incluso lo...
Las ramas desprovistas de hojas dibujan un bello perfil oscuro. Es la belleza escueta del árbol desnudado por las lluvias, los vientos y el frío que han convertido la mancha verde en esqueleto leñoso. A los bonsáis también les ha llegado el invierno. Es el momento de disfrutar de un nuevo paisaje en casa. Para un amante de la naturaleza el secreto que guardan las ramas sin hojas, promesa de la primavera que vendrá, es también recreo de los sentidos.
El invierno no es mala época para iniciarse en el arte del bonsái, una actividad de origen oriental que combina técnicas de jardinería con la estética del diseño, todo sometido a unas ancestrales normas que persiguen el equilibrio, la armonía, las formas perfectas que puede adoptar la naturaleza. La palabra bonsái procede de los vocablos japoneses bon (bandeja) y sai (planta o árbol). Desde hace muchos siglos existe la tradición de cultivar estos árboles en miniatura en Japón y China. Algunos ejemplares que se mostraron en las exposiciones universales que proliferaron al final del siglo XIX y principios del XX asombraron a la sociedad europea. COMPARARLO CON UNA MASCOTA.Hoy son ya habituales en Occidente aunque la gran mayoría de las personas desconoce qué hacer con un bonsái, y algunas incluso sienten temor de no saber cuidarlo. La ignorancia llega a hacer afirmar que los amantes del bonsái son unos torturadores, que constriñen una planta para condenarla a la enanez, e incluso lo...
Las ramas desprovistas de hojas dibujan un bello perfil oscuro. Es la belleza escueta del árbol desnudado por las lluvias, los vientos y el frío que han convertido la mancha verde en esqueleto leñoso. A los bonsáis también les ha llegado el invierno. Es el momento de disfrutar de un nuevo paisaje en casa. Para un amante de la naturaleza el secreto que guardan las ramas sin hojas, promesa de la primavera que vendrá, es también recreo de los sentidos.
El invierno no es mala época para iniciarse en el arte del bonsái, una actividad de origen oriental que combina técnicas de jardinería con la estética del diseño, todo sometido a unas ancestrales normas que persiguen el equilibrio, la armonía, las formas perfectas que puede adoptar la naturaleza. La palabra bonsái procede de los vocablos japoneses bon (bandeja) y sai (planta o árbol). Desde hace muchos siglos existe la tradición de cultivar estos árboles en miniatura en Japón y China. Algunos ejemplares que se mostraron en las exposiciones universales que proliferaron al final del siglo XIX y principios del XX asombraron a la sociedad europea. COMPARARLO CON UNA MASCOTA.Hoy son ya habituales en Occidente aunque la gran mayoría de las personas desconoce qué hacer con un bonsái, y algunas incluso sienten temor de no saber cuidarlo. La ignorancia llega a hacer afirmar que los amantes del bonsái son unos torturadores, que constriñen una planta para condenarla a la enanez, e incluso lo...
Las ramas desprovistas de hojas dibujan un bello perfil oscuro. Es la belleza escueta del árbol desnudado por las lluvias, los vientos y el frío que han convertido la mancha verde en esqueleto leñoso. A los bonsáis también les ha llegado el invierno. Es el momento de disfrutar de un nuevo paisaje en casa. Para un amante de la naturaleza el secreto que guardan las ramas sin hojas, promesa de la primavera que vendrá, es también recreo de los sentidos.
El invierno no es mala época para iniciarse en el arte del bonsái, una actividad de origen oriental que combina técnicas de jardinería con la estética del diseño, todo sometido a unas ancestrales normas que persiguen el equilibrio, la armonía, las formas perfectas que puede adoptar la naturaleza. La palabra bonsái procede de los vocablos japoneses bon (bandeja) y sai (planta o árbol). Desde hace muchos siglos existe la tradición de cultivar estos árboles en miniatura en Japón y China. Algunos ejemplares que se mostraron en las exposiciones universales que proliferaron al final del siglo XIX y principios del XX asombraron a la sociedad europea. COMPARARLO CON UNA MASCOTA.Hoy son ya habituales en Occidente aunque la gran mayoría de las personas desconoce qué hacer con un bonsái, y algunas incluso sienten temor de no saber cuidarlo. La ignorancia llega a hacer afirmar que los amantes del bonsái son unos torturadores, que constriñen una planta para condenarla a la enanez, e incluso lo...
Story content:
Un manzano enano
Un fagus silvática
Un olmo chino del bosque
Bosque de piceas
Un tipo de arce
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