Anatoli Karpov, el estadista del tablero

El ajedrecista ruso Anatoli Karpov, que tiene sobre sus espaldas más de mil de victorias en torneos internacionales, augura un resurgir de este deporte en todo el mundo. “El ajedrez está subiendo otra vez”. Y no lo dice un cualquiera. Karpov, de 52 años, campeón del mundo entre 1974 y 1985, es uno de los mayores estadistas sobre un tablero de ajedrez.

Un estadista que comenzó a fraguar su leyenda en una pequeña casa en Zlatoust. Karpov también destaca la importancia de Internet para que el nivel de juego aumente de manera notable. “Internet también ayuda mucho para que el nivel del ajedrez suba en todo el mundo”, explicó el jugador ruso a su paso por el V Open Internacional de Ajedrez “Villa de Bilbao” (España). El gran maestro no se olvidó de la permanente polémica sobre los diferentes torneos en lucha por Campeonatos del Mundo.

PRIMEROS MOVIMIENTOS DEL GRAN MAESTRO. Nació enfermo y no podía salir a la calle para jugar con el resto de los niños. Todos esos impedimentos que obstruyeron la infancia del pequeño Karpov forjaron lo que en un futuro se conocería como el hombre de hierro.

Karpov aprendió a jugar al ajedrez a los cuatro años, viendo jugar a su padre, con quien pronto empezó a practicar. Poco a poco fue subiendo escalones, a los 7 años era jugador de tercera categoría, a los 8 de segunda, y a los 9 de primera. A los 10...

El ajedrecista ruso Anatoli Karpov, que tiene sobre sus espaldas más de mil de victorias en torneos internacionales, augura un resurgir de este deporte en todo el mundo. “El ajedrez está subiendo otra vez”. Y no lo dice un cualquiera. Karpov, de 52 años, campeón del mundo entre 1974 y 1985, es uno de los mayores estadistas sobre un tablero de ajedrez.

Un estadista que comenzó a fraguar su leyenda en una pequeña casa en Zlatoust. Karpov también destaca la importancia de Internet para que el nivel de juego aumente de manera notable. “Internet también ayuda mucho para que el nivel del ajedrez suba en todo el mundo”, explicó el jugador ruso a su paso por el V Open Internacional de Ajedrez “Villa de Bilbao” (España). El gran maestro no se olvidó de la permanente polémica sobre los diferentes torneos en lucha por Campeonatos del Mundo.

PRIMEROS MOVIMIENTOS DEL GRAN MAESTRO. Nació enfermo y no podía salir a la calle para jugar con el resto de los niños. Todos esos impedimentos que obstruyeron la infancia del pequeño Karpov forjaron lo que en un futuro se conocería como el hombre de hierro.

Karpov aprendió a jugar al ajedrez a los cuatro años, viendo jugar a su padre, con quien pronto empezó a practicar. Poco a poco fue subiendo escalones, a los 7 años era jugador de tercera categoría, a los 8 de segunda, y a los 9 de primera. A los 10...

El ajedrecista ruso Anatoli Karpov, que tiene sobre sus espaldas más de mil de victorias en torneos internacionales, augura un resurgir de este deporte en todo el mundo. “El ajedrez está subiendo otra vez”. Y no lo dice un cualquiera. Karpov, de 52 años, campeón del mundo entre 1974 y 1985, es uno de los mayores estadistas sobre un tablero de ajedrez.

Un estadista que comenzó a fraguar su leyenda en una pequeña casa en Zlatoust. Karpov también destaca la importancia de Internet para que el nivel de juego aumente de manera notable. “Internet también ayuda mucho para que el nivel del ajedrez suba en todo el mundo”, explicó el jugador ruso a su paso por el V Open Internacional de Ajedrez “Villa de Bilbao” (España). El gran maestro no se olvidó de la permanente polémica sobre los diferentes torneos en lucha por Campeonatos del Mundo.

PRIMEROS MOVIMIENTOS DEL GRAN MAESTRO. Nació enfermo y no podía salir a la calle para jugar con el resto de los niños. Todos esos impedimentos que obstruyeron la infancia del pequeño Karpov forjaron lo que en un futuro se conocería como el hombre de hierro.

Karpov aprendió a jugar al ajedrez a los cuatro años, viendo jugar a su padre, con quien pronto empezó a practicar. Poco a poco fue subiendo escalones, a los 7 años era jugador de tercera categoría, a los 8 de segunda, y a los 9 de primera. A los 10...