09/03/2004 12:00 (UTC)
La exótica cantante mexicana vuelve a los primeros puestos de las listas de las radios de España, Francia e Italia con su nuevo álbum “Dulce y salado”, que grabó en su propio estudio, en el que ha invertido tres millones de dólares. En 1974 debutó en un club de Tijuana con el nombre de Guadalupe.
“Dulce y salado” logró ya un disco de oro en México, al mes de haber salido a la venta. Un éxito más en la carrera de esta mujer, que ya abarca tres décadas, en las que ha vivido momentos muy dulces y también salados. “No todo es un lecho de rosas –dice la artista-. Para llegar hasta aquí he tenido que luchar contra viento y marea porque las cosas no caen del cielo, menos el éxito. Pero no importa porque cuando hago un recuento de mi carrera, y veo que tengo un público estupendo que me sigue apoyando, me siento una de las mujeres más felices del mundo. Tengo mucha suerte”. De las cantantes de su generación, es la única de voz original, tanto, que no recuerda a nadie, ni tiene que bailar desaforadamente en un escenario, ni pintarse el pelo de rubio. Le basta su exótica personalidad. En cada aparición “engancha” al público de forma sorprendente. Desborda sentimiento en cada canción, traspasa las bambalinas, conmueve, tiene el carisma necesario para crear la química que garantiza el...
La exótica cantante mexicana vuelve a los primeros puestos de las listas de las radios de España, Francia e Italia con su nuevo álbum “Dulce y salado”, que grabó en su propio estudio, en el que ha invertido tres millones de dólares. En 1974 debutó en un club de Tijuana con el nombre de Guadalupe.
“Dulce y salado” logró ya un disco de oro en México, al mes de haber salido a la venta. Un éxito más en la carrera de esta mujer, que ya abarca tres décadas, en las que ha vivido momentos muy dulces y también salados. “No todo es un lecho de rosas –dice la artista-. Para llegar hasta aquí he tenido que luchar contra viento y marea porque las cosas no caen del cielo, menos el éxito. Pero no importa porque cuando hago un recuento de mi carrera, y veo que tengo un público estupendo que me sigue apoyando, me siento una de las mujeres más felices del mundo. Tengo mucha suerte”. De las cantantes de su generación, es la única de voz original, tanto, que no recuerda a nadie, ni tiene que bailar desaforadamente en un escenario, ni pintarse el pelo de rubio. Le basta su exótica personalidad. En cada aparición “engancha” al público de forma sorprendente. Desborda sentimiento en cada canción, traspasa las bambalinas, conmueve, tiene el carisma necesario para crear la química que garantiza el...
La exótica cantante mexicana vuelve a los primeros puestos de las listas de las radios de España, Francia e Italia con su nuevo álbum “Dulce y salado”, que grabó en su propio estudio, en el que ha invertido tres millones de dólares. En 1974 debutó en un club de Tijuana con el nombre de Guadalupe.
“Dulce y salado” logró ya un disco de oro en México, al mes de haber salido a la venta. Un éxito más en la carrera de esta mujer, que ya abarca tres décadas, en las que ha vivido momentos muy dulces y también salados. “No todo es un lecho de rosas –dice la artista-. Para llegar hasta aquí he tenido que luchar contra viento y marea porque las cosas no caen del cielo, menos el éxito. Pero no importa porque cuando hago un recuento de mi carrera, y veo que tengo un público estupendo que me sigue apoyando, me siento una de las mujeres más felices del mundo. Tengo mucha suerte”. De las cantantes de su generación, es la única de voz original, tanto, que no recuerda a nadie, ni tiene que bailar desaforadamente en un escenario, ni pintarse el pelo de rubio. Le basta su exótica personalidad. En cada aparición “engancha” al público de forma sorprendente. Desborda sentimiento en cada canción, traspasa las bambalinas, conmueve, tiene el carisma necesario para crear la química que garantiza el...
La exótica cantante mexicana vuelve a los primeros puestos de las listas de las radios de España, Francia e Italia con su nuevo álbum “Dulce y salado”, que grabó en su propio estudio, en el que ha invertido tres millones de dólares. En 1974 debutó en un club de Tijuana con el nombre de Guadalupe.
“Dulce y salado” logró ya un disco de oro en México, al mes de haber salido a la venta. Un éxito más en la carrera de esta mujer, que ya abarca tres décadas, en las que ha vivido momentos muy dulces y también salados. “No todo es un lecho de rosas –dice la artista-. Para llegar hasta aquí he tenido que luchar contra viento y marea porque las cosas no caen del cielo, menos el éxito. Pero no importa porque cuando hago un recuento de mi carrera, y veo que tengo un público estupendo que me sigue apoyando, me siento una de las mujeres más felices del mundo. Tengo mucha suerte”. De las cantantes de su generación, es la única de voz original, tanto, que no recuerda a nadie, ni tiene que bailar desaforadamente en un escenario, ni pintarse el pelo de rubio. Le basta su exótica personalidad. En cada aparición “engancha” al público de forma sorprendente. Desborda sentimiento en cada canción, traspasa las bambalinas, conmueve, tiene el carisma necesario para crear la química que garantiza el...
La exótica cantante mexicana vuelve a los primeros puestos de las listas de las radios de España, Francia e Italia con su nuevo álbum “Dulce y salado”, que grabó en su propio estudio, en el que ha invertido tres millones de dólares. En 1974 debutó en un club de Tijuana con el nombre de Guadalupe.
“Dulce y salado” logró ya un disco de oro en México, al mes de haber salido a la venta. Un éxito más en la carrera de esta mujer, que ya abarca tres décadas, en las que ha vivido momentos muy dulces y también salados. “No todo es un lecho de rosas –dice la artista-. Para llegar hasta aquí he tenido que luchar contra viento y marea porque las cosas no caen del cielo, menos el éxito. Pero no importa porque cuando hago un recuento de mi carrera, y veo que tengo un público estupendo que me sigue apoyando, me siento una de las mujeres más felices del mundo. Tengo mucha suerte”. De las cantantes de su generación, es la única de voz original, tanto, que no recuerda a nadie, ni tiene que bailar desaforadamente en un escenario, ni pintarse el pelo de rubio. Le basta su exótica personalidad. En cada aparición “engancha” al público de forma sorprendente. Desborda sentimiento en cada canción, traspasa las bambalinas, conmueve, tiene el carisma necesario para crear la química que garantiza el...
Story content:
Ana Gabriel celebra tres décadas de éxito.
Ana Gabriel tiene una voz privilegiada.
La canten mexicana, con un premio otorgado por la emisora de radio española Cadena Dial.
“Dulce y salado” es como un resumen de la trayectoria de Ana Gabriel.
Ana Gabriel durante una actuación.
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