24/06/2015 12:00 (UTC)
GRA015. NAIROBI (KENIA), 24/06/2015.- Kelvin Omondi (d), trabajador de la céntrica tienda Kings Castle de Nairobi, posa junto un maniquí desnudo que luce un caparazón metálico que encierra sus genitales bajo llave, el polémico cinturón de castidad para hombres que se ha empezado a comercializar con el pretexto de proteger a los kenianos de sus mujeres. Este calzoncillo de hierro que se cierra con un candado de "extrema seguridad", encontró su sitio entre trajes, camisas y corbatas hace unas semanas, tras conocerse el caso de una mujer en Nyeri (centro de Kenia) que le había cortado el pene a su marido como venganza por una infidelidad. EFE/Alba Villén
Product Suggestions