02/01/2015 12:00 (UTC)
GRA018 SEÚL, 02/01/2015.- Continuas redadas, fuertes multas, incluso cárcel y una vida laboral en la clandestinidad. Es lo que afrontan los profesionales del tatuaje en Corea del Sur, un país donde el arte de inyectar tinta en la piel es ilegal a pesar de que la moda crece cada año. En la imagen, el famoso tatuador Kim Ki-bok en su estudio de Hongdae, en Seúl. EFE/Atahualpa Amerise
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