15/07/2000 12:00 (UTC)
MD-05 Un tren Talgo salió de Madrid a las 14,31 horas de un 14 de julio de hace 50 años con destino a Irún, donde llegaría seis horas y media más tarde, cumpliendo así su primer servicio comercial, que costaba a cada pasajero 400 pesetas. Con este viaje inaugural se cerraban más de diez años de investigaciones y pruebas a cargo del ingeniero Alejandro Goicoechea, que contaba con el apoyo financiero de José María de Oriol, un empresario de Bilbao amante del transporte ferroviario y del riesgo. Esta primera composición de Talgo, Virgen de Lourdes, era una auténtica revolución del mundo del ferrocarril; hasta entonces nadie se había atrevido a colocar ruedas independientes en los ejes guiados sobre la vía, una altura más baja de locomotora y coches, que permitía rebajar el centro de gravedad,o a articular el acoplamiento de los coches, ganando además en confort y seguridad. EFE
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