31/05/2023 23:47 (UTC)
Roma, 1 jun (EFE).- En Roma, por primera vez en mucho tiempo, se hizo el silencio. Una ciudad que este miércoles amaneció coloreada de amarillo y rojo, y en la que los decibelios fueron subiendo a medida que se acercaba la hora, enmudeció por completo tras 120 minutos y una tanda de penaltis que trajo consigo los peores recuerdos.Cuando Dybala puso el 1-0 en el minuto 35, el Estadio Olímpico de la capital italiana, en el que se retransmitió el partido con pantallas, estalló. Explotó de alegría celebrando el gol de su estrella que le acercaba al segundo título europeo consecutivo. Una hazaña que por un buen rato se creyeron. Incluso cuando el Sevilla empató, el silencio no fue tan dramático como cuando Montiel marcó el penalti decisivo.IMAGEN:Antonello NuscaIMÁGENES APOYOS HINCHAS VIENDO LA FINAL EN ROMA.
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